Fragmentos

ISBN: 9786074553338

Gracias a diversos documentos y a los trabajos biográficos de su hija Carmen Toscano y de Ángel Miquel, se tiene la certeza de que, estimulado por unas imágenes que su colaborador Antonio Ocañas había ido a filmar a Ciudad Juárez, Salvador Toscano Barragán, oriundo de Guajalajara, Jalisco, decidió regresar a esa región para que entre ambos pudieran captar las vistas cinematográficas del viaje triunfal de Francisco I. Madero rumbo a la ciudad de México. Eran los últimos días de mayo de 1911; para entonces, los maderistas tenían pleno control militar del norte del país, lo cual había sido un factor determinante para que el viejo dictador liberal Porfirio Díaz firmara su renuncia a la Presidencia de la República. Toscano y Ocañas siguieron la trayectoria del coahuilense y el resultado de ello sería La toma de Ciudad Juárez y el viaje del héroe de la Revolución D. Francisco I. Madero, una de las obras pioneras de lo que se conoce como «documental de la Revolución mexicana».
Junto con otros cinematografistas como los hermanos Alva, Enrique Rosas, Enrique Moulinié. Jesús Hermenegildo Abita y varios más, Toscano filmaría muchos de los momentos más importantes de las diversas etapas de la Revolución; apoyado en esos materiales, a partir de 1915 iniciará una serie de documentales «de montaje», subgénero del que también fue pionero no sólo en México sino a escala mundial. Apasionado de la historia y de las imágenes cinematográficas (a las que debió considerar como superiores a las fotos fijas por aquello de que permitían captar la realidad en movimiento), Toscano cultivaría ese tipo de filmes hasta los años veinte, es decir, más allá de la fase armada de la gesta revolucionaria.
Las tareas propias del documental «de montaje» obligaron al pionero a desarrollar una técnica consistente en recortar los fotogramas de las películas ya compiladas y organizadas para establecer algo muy parecido a lo que hoy se denomina como storyboard, una guía visual del contenido del nuevo filme. Gracias a la excelente labor de investigación emprendida por David Wood en el Archivo Toscano, fue rescatada de una de esas «guías visuales» elaboradas por don Salvador par un proyecto que habría de intitularse Los últimos treinta años de México. Narración cinematográfica compilada y arreglada por Salvador Toscano, y ha sido posible llevar a cabo este libro, antologado y curado por el notable fotógrafo Pablo Ortíz Monasterio. Para el Patronato del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, y en particular para el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, donde se ha desarrollado una importante tradición historiográfica en materia de cine hecho y visto en nuestro país, es motivo de orgullo haber colaborado en la edición de una publicación que proporciona una clara idea sobre una de las facetas del trabajo de Toscano, jalisciense destacado al que apenas se ha comenzado a reconocer en su debida y justa dimensión.

Raúl Padilla López