Cuentos completos, de Clarice Lispector
Nosotros pedimos los Cuentos completos de Clarice Lispector, bellísimos. Leemos en el club pero después se lo llevan para leer en casa, se lo van pasando y dos de las chicas –señoras- que vienen al taller nos confesaron que los leen con los maridos: “mi marido se enganchó, yo le leí uno, después él me leyó otro…” .
Antonia de “Los viernes, canela” – Monte Hermoso – Pcia. de Buenos Aires
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Para el Menú de Otoño 2024 elegimos leer cuentos de Clarice Lispector porque a todos… TODOS… nos costaba leerlos en soledad. Eran de esas lecturas que se abandonan por no poder cruzar el umbral.
Sabemos que nuestro Club de Lecturas es un lugar propicio para detenernos; para contar con aliados que se prestan a la vivencia y al parecer de otros.
Empezamos leyendo «Felicidad clandestina». Seguimos con nuestro modo de elegir: cada uno a su turno propone con qué cuento continuar. Así hemos compartido la lectura de :»Perfil de seres elegidos», «Las aguas del mundo», «Restos del carnaval», «Evolución de una miopía», «La mujer más pequeña del mundo» y «Una gallina».
Por ahora no pensamos en abandonar a Clarice. Cada cuento nos sorprende, nos asombra, genera en nosotros tantas cosas diferentes. Ya veremos cuándo saldremos de este camino que nos tiende.
ALGO DE LO CONVERSADO SOBRE EL PRIMER Y ÚLTIMO CUENTO LEÍDO
En «Felicidad clandestina» nos flashó esa narradora contando, desde su adultez, su historia con la lectura. Cómo muestra los hechos sin juzgarlos. Describe las humillaciones a las que se sometió para leer el libro de Monteiro Lobato ( libro que ha formado parte de la biblioteca de algunas del grupo). Muestra y al mostrarnos comparte cómo marcó su vida: «Apenas sabía yo cuánto, más tarde, en el transcurso de mi vida el drama del ‘día siguiente’ que viví con ella habría de repetirse, con mi corazón palpitante». Eso nos llevó a releer el cuento para buscar esas marcas dejadas en el texto.
Hubo distintas lecturas entre nosotros al releer el párrafo en el que se refiere a la madre de la niña que le prestaría el libro: «Y lo peor, para esa mujer (la madre), no era descubrir lo que pasaba. Lo peor debía ser descubrir horrorizada la clase de hija que tenía«. Algunos de los cumpas decían que ahí la narradora desliza una crítica a esa niña y otros veíamos una manera de mostrar lo que otros personajes ven. Esta manera de hacer que los personajes muestren el horror que descubren en sus hijos también la vimos en el cuento «La mujer más pequeña del mundo».
Para comentar el cuento «Una gallina», que también nos deslumbró, cada uno de los cumpas lo expresará por sí mismo:
«Leo una alegoría de género, si reemplazamos en varios párrafos la palabra ‘gallina’ por ‘mujer’ puedo suponer que está hablando de la sumisión de la mujer, más aún, teniendo en cuenta el momento de su publicación (en 1956 y en 1959).» Alejandra del Bueno
«Algo mágico irrumpe fuera de lugar… lo invisible se vuelve visible y se convierte en centro. Así, como viene, la magia se va, y todo vuelve a un principio diferente.» Estela Lignelli
«Clarice nos propone un juego entre lo nombrado, una gallina, y lo que se sugiere. Uno se pregunta, entonces, qué nos quiere contar. Aparecen los que no tienen voz, aquellos que no tienen lugar para expresarse o para el anhelo, los que quedan como adorno fuera de lugar, aquellos que deben encontrar su propio camino ‘sin auxilio de su raza’. Y concluye: ‘desde el principio de los siglos ha sido así’.» Laura Pandolfi
«Agradezco a la lectura grupal el poder ir más allá de lo que mi propia lectura podía ver. Escuchar lo que provocaba y evocaba en los otros me llevó a ese nuevo lugar. Hasta pudimos jugar leyendo el cuento cambiando ‘gallina’ por ‘mujer’, ‘esclavo’, ‘negro’, hasta ‘kitchnerista’. Amo a esta escritora que lleva hacia lo profundo de la vida.» María Laura Galaburri
«El cuento es una alegoría de la soledad. Lo veo desde ahí. Nos llega desde los refugios de la cocina de clase acomodada, para darnos una visión de universales modos de sumisión y poder. La gallina es un ser claramente en relación a alguien parado en el ámbito de quehaceres y olvido de los otros. Ese ser quiere alejarse de la realidad y huye. Se revela. Esa relación es un instante. Tiene que regresar a su realidad y no encuentra un modo más tierno que dar a luz. Otro modo de sí misma. El huevo es un principio, un modo de representarse en lo primordial. Es un escalón de una escalera infinita. Y de algún modo nos remite a un tiempo circular de la historia de la humanidad.» Pablo Benedetti
Integrantes del Club «Lectores cumpas» – Ciudad de Buenos Aires
En uno de los viernes de nuestros encuentros, elegimos Cuentos Completos de Clarice Lispector. Entre todos leímos el cuento “Felicidad Clandestina”. Luego de la lectura comenzamos a conversar acerca de la crueldad. Surgen diversas preguntas: ¿Cómo llegan a ser crueles los niños?, ¿es una cuestión innata o cultural?, ¿cuál es la responsabilidad de los adultos? Se manifiesta que una persona llega a ser cruel porque se aprende desde pequeño.
Se conversa sobre el sufrimiento paulatino de la narradora, víctima de una promesa reiteradamente inclumplida. Se plantea la crueldad despiadada de la misma. Además, se resalta que la niña se encontraba en una posición de poder frente a su compañera, ya que es ella quien tiene casa, dinero y su padre es dueño de una librería. Es decir que también aparece la crueldad del poder. La crueldad de la niña termina cuando interviene un adulto mayor responsable, en este caso su madre, que al enterarse de lo que estaba sucediendo pone fin a la situación y la repara exigiendo a su hija que preste el libro.
Por otro lado, también conversamos sobre la actitud y comportamiento de la protagonista frente al libro: fingía no tener el libro, luego lo abría, leía algunas páginas y volvía a postergar la lectura. Esta secuencia nos pareció muy interesante ya que describe minuciosamente las sensaciones que genera tener y leer un libro que deseamos y nos hizo sentir parte de su felicidad.
Por último, surgió la pregunta sobre el título: ¿qué significa la felicidad clandestina? Y hubo varios decires: la felicidad clandestina está relacionada con disfrutar lo íntimo, en soledad, sin compartirlo.
Club “Entre letras y tintas” – Biblioteca “Jacobo Fijman”- CABA