Los clubes cuentan

Coincidencias… lazos invisibles… sincronía

No sólo de libros vive esta Red. La vida va tramando coincidencias inimaginables, encuentros a la distancia y lo único que nos pide es estar atentos a lo inesperado, leerlas y compartirlas. Es así que cuando suceden ciertas cosas nos deslumbramos en la confirmación de la certeza: nuestra red es una ocasión para sostenernos, acompañarnos y comprobar que la magia no está solo en los libros…

Al iniciar el año les contamos que comenzaba a gestarse un nuevo club, esta vez en la Base Esperanza en la Antártida (click aquí). Por esos días, Mariana, que participa del club “Los ángeles de Angélica” en Alta Gracia – Córdoba, estaba pasando unos días con su familia en Villa Ventana y se enteró de la noticia junto a Roberta que es coordinadora del Club “El zapallo de Macedonio”, en el centro de la Provincia de Buenos Aires.

¡Oh, sorpresa! Mariana nos compartió que unos días más tarde estaría viajando hacia la base Marambio en Antártida por razones laborales, es geóloga. Leyó como una coincidencia su presencia en el continente blanco.

Y con asombro recibimos sus noticias el 29 de enero:

Les cuento que desde ayer estoy en Base Esperanza, no estaba en los planes originales, no puedo creer estar viendo desde la ventana de la casa donde me alojo la escuela donde estará creándose uno de los clubes integrantes de la red de Clubes de lecturas, el más austral de ellos. Creo que lamentablemente no me cruzaré con María de la Paz, al menos en esta base, quizás sí en Marambio donde ella llegará con el Hércules que quizás sea el mismo que me lleve a mí de vuelta hacia la Argentina sudamericana.

KODAK Digital Still Camera

Al leerla y ver esta foto de la escuela que nos adjuntó quedamos conmovidas. Y aunque María de la Paz, su compañero Facundo y su hijita Carmela recién viajarán en marzo, sentimos que algo del orden de lo extraordinario había sucedido. Una serie de coincidencias felices va consolidando la experiencia de pertenecer a la Red.

Patricia Domínguez
deinfanciasyliteratura@gmail.com
7 Comentarios
  • Federico
    Posted at 11:19h, 08 febrero Responder

    Buenos días para todas y todos, que linda noticia!! Los mejores deseos para el nuevo club más austral que se suma a la red. Que se despilfarren las palabras, los libros y las lecturas en todo el continente blanco!

  • Marcela Ganapol
    Posted at 13:51h, 09 febrero Responder

    Hermosa historia!!! Le deseo muchas palabras cálidas a nuestro club más austral!!!

  • graciela falbo
    Posted at 12:22h, 23 febrero Responder

    Club de lecturas en la Antártida!
    Me pregunto cómo será compartir lecturas rodeadas de hielo?. Un día blanco como un vacío y la imaginación sembrando ideas, provocando, calentando los motores. ¿Cómo será crear viendo/ sintiendo afuera el puro frío? Qué bueno será tener noticias de esa experiencia.

  • Lola Rubio
    Posted at 14:27h, 26 febrero Responder

    Me gustaría recomendarles Oscuridad blanca, de Geraldine McCaughrean. El argumento sucinto está en el sitio de la editorial. A mí, en especial, me pareció fascinante que la autora lograra describir página tras página, con riqueza, con variedad, con sutileza un paisaje que a simple vista se podría decir que es todo igual —blanco— y repetitivo —blanco—, en la Antártida. La historia me gustó mucho, además, es una novela de aventuras muy original.

  • Mariana Coppolecchia
    Posted at 16:07h, 27 febrero Responder

    Hola a todxs! Desde la Base Antártica Conjunta Esperanza – BACE les saludo y les cuento que no solo habrá, de la mano de María de la Paz, un Club de lecturas en territorio antártico argentino sino que también hay una biblioteca (además de la que nutre las aulas de la escuela) llamada “Soledad” que hoy por hoy está siendo organizada, inventariada, catalogada por una bibliotecaria, Stefania Powazniak. Tefa fue enviada por la Biblioteca Nacional para durante el verano incorporar nuevo material. Les comparto el link* a una entrevista que le hizo Marcelo “Chelo” Ayala desde la emisora de Radio Nacional que hay en la BACE. Tanto la radio como la escuela son únicas en la Antártida, es la única base que tiene ese privilegio.

    Hoy, en la BACE, hay ráfagas de viento tan fuertes que te arrastran sino pisas en firme, que te vuelan lo que no tengas atado al cuerpo y que hacen vibrar las casas, sus techos y paredes. Las casas están estaqueadas al piso, atadas para no salir volando. El cielo, el mar y las montañas son diferentes día a día. Apenas un recorrido por los nombres de los glaciares que nos rodean, al sur, sureste el Buenos Aires, a su lado el Pirámide, le sigue el Flora, casi restringido a un circo glaciario. Al sudoeste, el Kenney y el Depósito y al norte, el Arena. Dicen que en invierno el mar se congela y hace las veces de cancha de fútbol.

    Saludos intercontinentales
    Mariana

    *https://www.radionacional.com.ar/mision-literaria-en-la-antartida-la-biblioteca-de-base-esperanza/

  • María Antonia Zaragoza
    Posted at 10:12h, 28 febrero Responder

    Qué hermosura esta red que va tejiendo historias bajo el sol. A veces el brillante sol de las sierras y el mar y otras el delicado y sutil sol de la Antártida.
    Seguramente la lectura traerá calor a los corazones que lidian con el frío del ambiente.
    Abrazo
    Antonia

  • Patricia Torres
    Posted at 20:35h, 04 marzo Responder

    ¡Gracias por compartir tan bella experiencia! Y cuando leia los intercambios recordé este poema de Juarroz:
    Una red de mirada
    mantiene unido al mundo,
    no le deja caerse.
    Y aunque yo no sepa qué pasa con los ciegos,
    mis ojos van a apoyarse en una espalda
    que puede ser de dios.
    Sin embargo,
    ellos buscan otra red, otro hilo,
    que anda cerrando ojos con un traje prestado
    y descuelga una lluvia ya sin suelo ni cielo.
    Mis ojos buscan eso
    que nos hace sacarnos los zapatos
    para ver si hay algo más sosteniéndonos debajo
    o inventar un pájaro
    para averiguar si existe el aire
    o crear un mundo
    para saber si hay dios
    o ponernos el sombrero
    para comprobar que existimos.

    ¡Gracias por esto!
    Patricia

Publicar un comentario