Los clubes cuentan

Leer y conversar: compartir subrayados

En nuestro primer encuentro del año, recordamos lo leído el año pasado y abrimos la puerta a nuevas ideas. Con la incorporación de nuevos miembros y una forma más amplia de interactuar, el Club se revitaliza y sigue expandiéndose, siempre con el objetivo de unir a través de la lectura. Por el momento seguimos encontrándonos en la sala de lectura de la Biblioteca.
El cuarto viernes de abril, pocos días después de la Pascua, nos reunimos nuevamente para compartir lecturas, reflexiones y sentimientos alrededor de «En breve cárcel” de Sylvia Molloy, una novela corta pero extremadamente intensa que nos interpeló con su escritura fragmentada, su intensidad emocional y su tono confesional.
La lectura no fue fácil, pero fomentó una participación profunda y comprometida. A los encuentros presenciales cada 15 días, añadimos un grupo de WhatsApp para intercambiar momentos destacados, reflexiones y organizar nuestras actividades. Trabajar de esta manera nos permite llegar a la reunión con parte del texto leído de manera individual, enriqueciendo y ampliando la discusión.Los subrayados compartidos por los integrantes del club fueron verdaderos disparadores para la conversación:

* Mary eligió una frase:

 «No jugaba con otros, se quedaba a la espera de una clave que la invitara a participar: que alguien la buscara, que se le dijera que su intervención era necesaria.  Un fragmento que resonó en el grupo por su potencia simbólica y su eco en experiencias comunes: la espera del permiso para ser, para intervenir, para ser mirada.

* Ulises trajo:

«Se pregunta si es miedo o impotencia, si teme morirse escribiendo —incrustar una anécdota y luego desaparecer— o si, de manera más directa, no consigue escribir”. Esta frase abrió una reflexión intensa sobre el lugar de la escritura como forma de resistencia y también como forma de enfrentarse al vacío, al yo que se pierde en el intento de narrarse.

* Carlos destacó dos frases cargadas de fuerza emocional:

«Lo que más me dolía era que ya no me doliera» que refiere al umbral donde el dolor se extingue dejando un vacío aún más devastador y «El encierro no era ella. Era yo» que condensa el núcleo del conflicto interno de la protagonista: el autoencierro, la culpa, la lucha con la identidad.

* Sol compartió:

«Soy donde fui – o donde no fui – o donde seré”, conectándola con el célebre “Ser o no ser” de Shakespeare. Nos invitó a pensar en la identidad como algo inestable, temporal y existencialmente fragmentado.

* David sumó una frase sobre el amor y sus sombras:

«Con ella volvió a aprender la zozobra, la angustia del que quiere y lo dice, invitando al otro para que destruya…”. Una muestra más de las contradicciones afectivas que atraviesan toda la novela: deseo, violencia, necesidad y miedo.

* Marce nos compartió su frase “Escribo sobre mí, porque soy la persona más interesante que conozco».
-Querría decir lo mismo, pero suena falso- dijo y nos mostró su bitácora de lectura.

La lectura de «En breve cárcel» nos enfrentó con un texto crudo y poético, profundamente introspectivo, que propone una mirada valiente sobre el deseo, el lenguaje, la memoria y el encierro emocional. Fue un punto de partida potente para nuestras lecturas de este año, que ya comenzaron con gran impulso y nuevas voces.

Silvana Ojeda y Darío Ariel Navarro
Club de lecturas “La literatura nos UNNE”
Resistencia – Pcia. de Chaco

Patricia Domínguez
deinfanciasyliteratura@gmail.com

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