Los clubes cuentan

Un hilo rojo que une poemas

Todos los lunes a las 10 de la mañana el programa es juntarnos a leer en la hermosa Casa de la Cultura de Monte Hermoso.
El 30 de junio terminamos de leer La vegetariana, de la última Premio Nobel Han Kan e inspirada en la última reunión de la Red de Clubes de lecturas, pensé en proponer un acercamiento a la poesía.
Recordé un párrafo del libro La lectora de Raquel Robles que nos llegó con “Los libros del otoño” y leímos con deleite. En ese fragmento la protagonista colocaba sus libros más queridos en el piso y los conectaba con un ovillo de hilo rojo.
«Yo sé bien cómo es cuando a una le hace falta un poema, no un poema cualquiera, un poema en particular”, decía.
Llegué temprano. Llevaba mis libros de poesía preferidos: El amor es animal de Susana Villalba, Devociones de Mary Oliver, El hada que no invitaron de Estela Figueroa, Mi signo es de fuego de Glauce Baldovin, Poesía reunida de María Teresa Andruetto, Contéstame, baila mi danza, la selección y traducción que hace Diana Bellessi de algunas autoras norteamericanas, la Poesía vertical de Roberto Juarroz, la Obra Reunida de Liliana Lukin, La novela de la poesía de Tamara Kamenszain, Relámpagos de lo invisible de Olga Orozco, Detente, instante, eres tan bello de Cristina Peri Rossi y El collar de arena de Beatriz Vallejos. Más libros que lectoras, así todas podían elegir. Cada libro estaba atravesado por la lana roja que señalaba un poema.
Las invité a pasear entre la telaraña roja, los caminos de lana que se dibujaban en el antiguo piso de la sala principal. Les propuse detenerse en un/a autor/a. Tomamos los libros y leímos poemas que no se resistieron a entrar en diálogo. Servido este plato, les contamos que fue unánime la propuesta de empezar cada encuentro leyendo un poema.
Después nos hicimos fotos con los libros y nos fuimos a nuestro espacio. Esa mañana empezamos a leer los Cuentos Reunidos de Amparo Dávila.
Siempre conversamos. Cómo nos interpela el lugar de la mujer, la mirada sobre ella, el feminismo. Cómo nos impacta la escritura, el delicado trabajo con el lenguaje de lxs autorxs.
Marcamos párrafos, releemos, copiamos frases. Coincidimos en que la lectura en el Club nos amplía el horizonte. Que no es lo mismo leer solas en casa. Que somos felices en este espacio.

María Antonio Zaragoza
Club de lecturas “Los viernes canela”
Monte Hermoso – Pcia. de Buenos Aires

Patricia Domínguez
deinfanciasyliteratura@gmail.com

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