Lecturas multiplicadoras

Leído al pasar

Conversar

Conversar es poner sobre un mismo mantel puntos de vista, sensaciones, sentimientos y bordar con ellos algún sentido compartido o, si no llegamos a un sentido compartido, poner sobre el mantel el denodado esfuerzo de explicar con argumentos lo que pensamos.

Dicho por María Emilia López en su ponencia “¿Qué hacer con la esperanza? (¿Es acaso esta una pregunta literaria?)”, desarrollada en el marco del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Pereira (LIJPE) 2024.

 

 

La literatura

La literatura no es otra cosa que un largo, interminable discurso sobre la vida, un artificio donde, mediante la narrativa los seres humanos elaboran sus pasiones, sus angustias, sus miedos y se acercan al gran enigma del ser.

Marina Colasanti

En el libro Talleres de lectura y escritura en espacios de salud. Un puente hacia los otros, de Dorilda Pereyra y Susana Asselle, (pág. 11). Lugar editorial, Buenos Aires, 2016.

 

 

 

Club de lectura

En el libro Alguien habló de nosotros, de Irene Vallejo, (pág.228).

En nuestros tiempos acelerados, todavía sobreviven rituales lentos. Pienso en esa gente original que acaba sus tareas y se dedica a leer, prescindiendo del vértigo tentador de las redes sociales, la hipnosis de las pantallas, los anestesiantes píxeles de colores. Algunas de esas personas asombrosas encuentran a otros adictos a la imaginación y organizan juntos un club de lectura. Como ellos, en siglos de ritmo más pausado, al acabar el día, las familias buscaban la lumbre de las hogueras y de las historias.

Tenemos noticia de un club de lectura ya en el siglo XV. Lo cuenta una curiosa crónica titulada El Evangelio de las ruecas. Describe seis veladas en las que varias vecinas de una localidad francesa se reúnen en un lugar y hora convenidos, equipadas con husos, lino y libros. Leen pasajes sobre amoríos, matrimonios y costumbres, y charlan con la picardía y los conocimientos ancestrales de los que se sienten depositarias. Mientras hablan y ríen, tejen con hábiles dedos, como si fueran conscientes de que todo texto es un tejido. Interrumpen, comentan, plantean objeciones, explican sus opiniones, imaginan una realidad distinta. También hoy, pequeños grupos de soñadores imaginan el futuro al calor de los libros, convirtiendo la literatura en conversación, amistad y hallazgo. Saben que, hablando sobre otros mundos posibles, comprendemos mejor el nuestro.

Patricia Domínguez
deinfanciasyliteratura@gmail.com