La primavera trajo poesía
El paquete de primavera trajo:
Ida Vitale: Léxico de afinidades.
Luisa Valenzuela: El placer rebelde
Gonzalo Rojas: Íntegra (poesía completa).
Empezamos con les poetas. Jugamos a abrir Íntegra y leernos el poema que aparece justo en ese lugar, siempre algo nos dice.
A Ida la leímos palabra por palabra. No llegamos al final, en eso estamos. El libro viene y va de casa en casa. Cada texto nos requiere al menos dos lecturas. Ida no la hace fácil. Deja que cada palabra arrastre una singular cadena de asociaciones que a veces nos lleva por lugares que no conocemos y entonces hay que buscar en la red: un nombre, una fecha, un mapa, otra palabra. Lectura gozosa e inspiradora.
Un día dijimos: vamos a llevarnos palabras y cada una hace su léxico con su propia afinidad. Abrimos al azar, nos dimos palabras. Aquí va algo de lo que salió.
Diana E.
Piedras: Eternas, blandas, duras, semipreciosas, preciosas. Protegen, construyen, adornan.
Hastío: ¿Quién siente hastío? Los disconformistas y en especial los que nunca hacen nada.
Música: Se encuentra en la naturaleza y la humanidad la ha imitado y disfrutado desde sus comienzos.
Cuqui
Hastío: Me lleva a esta parte de mi vida en que las cosas se repiten día tras día, todas iguales para mí, desde que dejé el trabajo por haberme jubilado y vivir en un lugar de descanso. Siento la derrota a la derrota, aunque hay personas especiales que tratan de entretenerte con paciencia y sabia pedagogía. ¿No es acaso esta lucha el hastío?
Diana G.
Piedras: A veces ninguneadas, otras trascendentes. Transmiten vida sin tenerla. Ásperas como distintos momentos de mi vida.
Hastío: Aburrimiento cargado de nostalgia. Tristeza e insatisfacción.
Música: ¡Vida! Vibración sutil que envuelve cada segundo regalando vuelos creativo, placer y gozo a mi alma.
Laura:
Hastío: ¡Qué noche llena de hastío, de frío! – siempre admiré las rimas intrépidas de Cadícamo en Garúa. Ese primer verso: hastío / frío. Y después, ahí nomás, suelta: garúa/ acentúa/ púas y sigue. Goyeneche logra cantarlo y casi hacernos llorar. La palabra garúa se nos clava como una espina en el corazón y no hay manera de separarla del tango, la soledad, la calle vacía, los huesos calados y helados. Pero esta noche no garúa, es el hastío que nos tiene el corazón transido y el viento trae un extraño lamento. Me abismo. 19 de noviembre 2023.
Piedras: Tengo en la mano una piedra un poco roja. No recuerdo de dónde vino. Escribo. Alguien me contó que Olga Orozco escribía con una piedra en su mano. Tal vez, una manera de hacer equilibrio entre la mano que lleva el lápiz y la mano que contiene la piedra. Un equilibrio entre la materia abstracta de las palabras y la memoria física de los minerales. Es una piedra suave, como si hubiera permanecido por siglos en la mano de alguien. La sostengo con los dedos cerrados. Cuando era chica jugábamos a adivinar ¿en qué mano está? mostrando los puños apretados sobre algún objeto. Cuando iban a darnos un regalito, una golosina, muchas veces la escondían en una mano y para ganarla había que adivinar en qué mano estaba. Ahora escondo la piedra mientras escribo, como un corazón lento y silencioso, pero en movimiento. ¿Podés escucharlo?
El placer rebelde de leer a Luisa nos espera para el verano.
Laura Forchetti de «Los martes, orquídeas»- Coronel Dorrego- Pcia. de Buenos Aires
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