Los clubes cuentan

La extraña pasajera: Clarice Lispector

En el taxi que la llevó al Hospital donde moriría poco después, Clarice Lispector comenzó a hacer planes en voz alta sobre un imaginario viaje a París. El taxista entonces giró la cabeza y le preguntó: “¿Puedo ir yo también en el viaje?”. A lo que Clarice respondió: “Por supuesto, y también puede venir su novia”.

Así comienza el prólogo de Gonzalo Aguilar del libro En estado de viaje – de la serie Viajeros de FCE. Y con esas líneas empezamos el taller de lectura de las cartas y crónicas de viaje de Clarice Lispector.
Los viajes de Clarice fueron de alguna manera, impuestos. Su marido era diplomático y eso hizo que viajaran y residieran en diferentes países, hasta que finalmente ella se separa y vuelve definitivamente a Brasil, específicamente a Río de Janeiro.
Ella escribe en una de sus cartas: En verdad, no sé escribir cartas sobre viajes; en verdad ni siquiera sé viajar. Sin embargo, es una delicia leer las cartas que envía a sus hermanas y gente amiga durante sus estadías fuera de Brasil.
El primer texto que leímos del libro, fue el último: “Mi próximo y excitante viaje por el mundo”. Una fantasía de Lispector, una broma del día de los inocentes.
Después leímos fragmentos de sus cartas y algunas de las crónicas de sus estadías en Suiza, Estados Unidos, Italia, Inglaterra. También los breves relatos de su paso por Groenlandia, Egipto, Bolama.
Con el deseo del viaje contagiado por los textos de Clarice Lispector, jugamos a imaginar destinos, nuestros propios próximos y excitantes viajes. Los dibujamos sobre planisferios y los escribimos, para no olvidar.
Al final, tres lectoras se llevaron los libros para seguir leyendo cartas y crónicas. Como está sucediendo con el libro anterior: Vivir de viaje, de Sara Gallardo, cuyos ejemplares siguen rotando por el grupo.

Laura Forchetti de “Viajeras” – Coronel Dorrego -Pcia. de Bs.As.

Patricia Domínguez
deinfanciasyliteratura@gmail.com

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