Los clubes cuentan

Aportes e intercambios en nuestra Red

En el Club “Miremos juntos” estuvieron leyendo El principito. Cuando Ana, en conversaciones informales le cuenta a Patricia del entusiasmo del grupo con esta lectura, ella recuerda que una tocaya suya, participante del Club “Los amigos de Zeperry”, de Comodoro Rivadavia, es una gran conocedora de la vida y la obra de Saint Exupery. Y de esta charla de pasillo, surge la idea de conectarlas. Guasap va, guasap viene, se logra organizar el encuentro virtual entre Patricia Hernández y el grupo de Miremos juntos en pleno. Y Ana nos cuenta cómo fue.

El del lunes 11 de noviembre fue un encuentro distinto. La voz que relataba nos llegaba desde el extremo sur que, si bien geográficamente lejano, no tardó en sentirse próximo. Enseguida nos convertimos en una audiencia atenta, sintiéndonos cómodos y partícipes gracias a la amorosidad de Patricia Hernández. El particular interés de nuestra compañera Norma en el tema no encontró barreras para satisfacer su curiosidad y despertar la de todo el grupo.
Antoine de Saint Exupéry fue corporizándose entre nosotros. El relato de Patricia, minucioso, rico y apasionado, iba armando como piezas de un rompecabezas, la imagen del niño y su entorno, del adolescente , del aviador,  del hombre autor de una obra inmortal, parte de la cual ya habíamos disfrutado. Descubrir aristas desconocidas, corregir datos que suponíamos veraces y asombrarnos al ser introducidos en su vida íntima, fue solo parte de lo vivenciado.
A través de la tecnología, la voz clara de Patricia acompañaba fotos elegidas para que no se escaparan detalles y el logro, excepcional sin dudas, fue que miramos juntos todas las imágenes desarrolladas en su exposición. Además de El Principito, nos habló de otras obras suyas –Vuelo Nocturno y Ciudadela- y nos mencionó un escritor entrerriano, Germán Vartorelli, que escribió  Súbditos del viento en homenaje a Saint Exupéry y los pilotos aeropostales argentinos.
Mientras todo esto sucedía, afuera el viento agitaba las ramas de la centenaria morera y reparamos en él cuando subimos, con el largo abrigo de cuero, junto al intrépido piloto.
El viaje recién comenzaba. Sabemos en los clubes de lecturas que cuando se cierra un libro o se finaliza un relato se abren nuevas ventanas que nos invitan a mirar.
“Las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una de ellas se le ocurre despertarse” (de El Principito).
¡Gracias a Patricia Domínguez por acercarnos a Patricia Hernández!

Club «Miremos juntos» – San Carlos Centro – Santa Fe

Patricia Domínguez
deinfanciasyliteratura@gmail.com
1 Comment
  • Ángel Barraza
    Posted at 10:51h, 09 diciembre Responder

    Buen día al Club «Miremos juntos». Más que interesante no sólo la lectura de «El principito», que todos en algún momento de nuestras vidas hemos abordado, sino la decisión de articular con otros actores de la cultura. En lo personal cuando leo estas experiencias me dan ganas de leer lo que proponen otros clubes!!! saludos

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