Familias de libros, familias de lectores
Al Club de Roberto vienen chicos y chicas de Maschwitz, a leer y conversar, a escribir. Juan ha llenado ya tres cuadernos: textos, poesías, opiniones, todo es válido en el club.
Los chicos hablan de la escuela, y ahora que es diciembre se los ve relajados, expectantes del tiempo de verano.
Delfi se lleva una pila de libros para leer: Quiere a ese perro, Van Gogh, entre otros. Les gusta mirar la biblioteca un rato, cuando llegan al espacio.
Los libros están ahí, a la espera de ser abiertos y develados. Vamos armando familias. El otro día leíamos Bajo las estrellas de Roberta Iannamico, y uno dijo “es una voz niña como la de Quiere a ese perro”, y ahí no más estaba armada la familia, comenzamos a pensar en caminos que unían esos libros.
El Club es sostenido por otros clubes. El encuentro mensual permite eso de criar en familia, de sentarnos en la mismo hoguera de la literatura a emprender la travesía literaria. Personas de aquí y de allá, de los lugares más diversos de la patria.
En un año signado por el individualismo, leer con otros, otras, leer entre todos, develar juntos, es una forma de sobrellevar los tiempos que corren y sentirse por un rato a salvo, parte de un mismo grupo.
Agostina Paradiso – Club de lecturas «El club de Roberto» – Ing. Maschwitz -Pcia. de Bs.As.