Los clubes cuentan

Enfermera de la esquina rosada

“Yo lo he admirado mucho a Georgie y si no lo he imitado
  es porque he hecho un esfuerzo terrible”
Manuel Mujica Láinez

No creo más en las historias cuyos testigos se harían sacrificar. Este relato hecho de verdades sustanciales y mínimas falsedades me fue dado por los integrantes del Club de lecturas “Entre letras y tintas”.
Es cierto que, si no se esperara, jamás se encontraría lo inesperado. Estas líneas surgen y resurgen de lo impensado, de lo inverosímil.
Los muchachos y las chicas del club estábamos cansados, lo primero que acudió a mi mente ¡estamos en receso y descanso!, ¿raro , no?
Estábamos  cansados de no leer, claro, es que faltaban las hadas madrinas. También los seres de fantasía se toman un respiro, bueno no todos, apostaría una criptomoneda a ello.
Nos pusimos de  acuerdo con Euge -la enfermera- y decidimos leer a Borges, ¡otra vez! , el cuento “Hombre de la esquina rosada”.
La reunión comenzó con cierto escepticismo. Superado ese momento de inmovilidad, alguien preguntó sobre la familia de Borges. Desde un sinfín de papeles arrugados emergió el árbol genealógico, conocimos que el bisabuelo por parte de la madre fue el Coronel Isidoro Manuel Suárez, de destacada participación en las guerras de la Independencia y que el abuelo por parte de padre, Francisco Borges, militar de profesión y héroe por convicción, y su viuda Fanny Haslam albergaron en su casa a varias de las maestras que Sarmiento trajo del exterior.
Ya distendidos dimos comienzo a la lectura y es así que el Corralero, el Pegador y la Lujanera no nos abandonarán jamás, y como el tiempo es tirano, sin pausa vimos todos juntos en medio de un conmovedor silencio, la dramatización actuada por Lautaro Murúa y Gogó Rojo.
En lo personal me gusta mucho más la peli de 1962 con Francisco Petrone y Susana Campos, pero dejó de estar en línea. El egoísmo monstruoso del algoritmo o de algún dispositivo o sujeto capaz de eliminar esa película me provoca náuseas.
Llegó la hora del almuerzo, no hubo tiempo de conversar, pero sí ganas, así que la charla continuó en el comedor.  Y quedamos en repetir el taller, leyendo “Historia de Rosendo Juárez”.

Ángel Barraza
Club de lecturas «Entre letras y tintas”
Biblioteca Jacobo Fijman Barracas – C.A.B.A.

Patricia Domínguez
deinfanciasyliteratura@gmail.com

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