Mujer pájara, de Ethel Batista
Tal como lo describe su autora Ethel Batista, Mujer pájara nace, crece y vive. Vive en diversos contextos, vive en cada una de las que nos reunimos a leer. Crece en cada una de manera distinta, se desarrolla piensa y se manifiesta con modos particulares y de manera especial; despertando la curiosidad, despertando del estado de confort y saliendo a vivir otras historias, historias que nos liberan de días oscuros y noches largas.
Karina, desde su lectura de las imágenes de David Álvarez que nos acercan a un mundo de mucha imaginación, sostuvo que Mujer Pájara
…es eso que no tiene palabras y no se define, pero también expone la opresión y la liberación de las mujeres. Naturalmente por la experiencia en el contexto de encierro me interpela mucho, me sentí muy identificada, fue como ponerle palabras a cosas que una no sabe o no puede decir. Es una reflexión sobre la condición de la mujer y su lucha por la libertad y la igualdad. A través de la historia de la mujer pájara, se muestra cómo las mujeres pueden superar los obstáculos y alcanzar su liberación. Me sumergí en cada imagen perdiéndome y reencontrándome…
Mujer pájara sin dudas nos encuentra a todas desde diferentes posiciones, pero a todas nos atraviesa y nos une en la mirada, en la charla, en el sentir o sentires. Este libro nos abrió la posibilidad de repensarnos, de leernos y conversar sobre otras cuestiones que hacen incluso a lo personal; y digo personal porque cada una de las internas que asisten al club lleva consigo su historia vivida afuera y adentro y ambas conviven con lo que eso implica: tristezas, alegrías, el perdón por los errores, la nostalgia de lo que pude ser y no fue, el dolor de sentirse, muchas veces, abandonadas por sus seres queridos. Pero a la vez, encontrar una especie de reconciliación con una misma para volver a empezar y ser libres como un pájaro aún en la adversidad.
Sandra(1)– otra de las pibas que forma parte del club- lleva ya mucho tiempo en la Unidad, estudia y trabaja en el taller de costura que forma parte de las actividades que se desarrolla en el Servicio Penitenciario, se animó a expresar lo que sintió cuando tuvo Mujer pájara en la mano y dijo:
sentí una sensación muy extraña porque todas, de alguna manera, estamos encerradas en nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestras noches oscuras y largas, solas con nuestras penas y muchas preguntas empezando con “¿por qué?”, sin pasar por el “¿para qué?”. En fin, este libro me hizo mirarme hacia adentro y revisar mi sentir más personal y poder decir que puedo estar aquí, en este contexto, pero soy libre de pensar y de sentir, de perdonarme y perdonar, de sanar y de mirar hacia delante.
Mujer pájara nos hizo reflexionar sobre el lado B de nuestras vidas, eso que no se cuenta, que no hace falta ser dicho porque respetamos la intimidad de esas emociones que solo quedan en cada una de nosotras. Sin dudas “Mujer Pájara” ha sido una mirada hacia adentro de lo que nos pasa, lo que vivenciamos y sentimos en contextos diferentes y en particular en el de encierro.
Por aquí aún sigue girando Mujer pájara en los pabellones, esperemos que en el próximo encuentro podamos seguir conversando acerca de lo que le pasa a cada una en particular y, si es posible, seguir compartiendo algunas reflexiones.
( 1 ) nombre que vamos a usar para resguardar su identidad.
Amelia Fernández- Club «Bandadas de lecturas»
Resistencia- Pcia. de Chaco