Crónica de un encuentro de lecturas ¡picante, picante!
Nos encontramos con varios ejemplares de La costura de Isol sobre la mesa. Por primera vez, se escuchaba música de fondo (y era música palestina). Pronto empezaron los comentarios sobre los libros, los colores y las texturas de las ilustraciones. Se fue haciendo un silencioso ruido de lectura con comentarios preguntones:
¿Por qué usa esta letra?
Los bordados y la trama textil, ¿los habrá dibujado?
Esos colores como desplazados en el dibujo, ¿intentarán transmitir algo?
¡Los animales están en el mundo de atrás!
Yo también pierdo todo.
Yo tenía Labores en la escuela, hacíamos punto cruz.
¡Qué mala onda la madre!
A mí el formato libro-álbum no me gusta.
Una vez terminado el primer paseo por los libros, volvimos a mirar. Tapa y contratapa a la vez, las guardas, las páginas dobles, los detalles que iban apareciendo. Hay muchas capas de lectura, dice una lectora. Hay dos mundos opuestos, la abuela lo sabe. En uno perdemos cosas y en el otro, las encuentran.
Todos coincidimos en el misterio de las medias que se pierden, imposible de explicar, en todas las casas es igual. Otra lectora dice que cuando leyó pensó que se trataba de los duelos: ante las pérdidas, no hay remiendo que valga. Siempre queda esa ausencia.
Un lector trae al debate una pregunta enorme: estos libros con predominancia de la imagen están de moda, parece que las imágenes ganan espacio sobre las palabras. Es muy lindo, son otros lenguajes estéticos. Pero lxs niñxs y jóvenes, ¿cómo van a entrenarse en la lectura del puro texto? Aquí vienen anécdotas varias de lectura con nietxs y sobrinxs.
Otra participante redobla la discusión que luego seguirá por el grupo de wasap: yo creo que estos libros son inaccesibles para los sectores populares porque son muy caros. Otrxs salimos al cruce mencionando la importancia de las bibliotecas, de las escuelas y de los Planes de Lectura que por desgracia ya no existen. En las escuelas hay gran diversidad de libros de literatura que, años atrás, el Ministerio de Educación seleccionó y envió. Y en las Bibliotecas Populares también hay hermosos libros comprados con el esfuerzo de sus comunidades y obtenidos a través de los programas de la CONABIP.
Nos quedamos con ganas de más: habrá que retirar el libro de la biblio y leerlo en casa, con más detenimiento.
Club de lecturas “La Kique”
Neuquén Capital
Las Abuelacuentacuentos de San Justo compartieron su experiencia con este libro en LOS CLUBES CUENTAN, pueden encontrar el relato aquí