Como parte del rescate de la obra y la figura de la escritora Beatriz Guido (1922-1988) que se inició hace un tiempo con la realización de una muestra y el lanzamiento de una biografía escrita por José Manuel Onaindia y Diego Sabanés -a la que se sumará una nueva edición de su libro «Fin de fiesta»-, se reedita ahora «La terraza, un libro de relatos que incluye el cuento homónimo que en 1963 fue adaptado al cine por Leopoldo Torre Nilsson, pareja de la narradora.
La atmósfera inquietante y melodramática que constituyó una marca ineludible en la narrativa de Guido reaparece en estos cuentos que decidió volver a poner en circulación el sello Fondo de Cultura Económica, un volumen que tiene su epicentro culminante en el relato que da título al libro, centrado en un grupo de estudiantes universitarios de Recoleta que deciden organizar una “fiesta” en la terraza de uno de ellos, y donde lo que empieza como un juego se transforma en una práctica maliciosa.
Con prólogo escrito por Valeria Castelló-Joubert, que define a estos libros como «insólitos y siniestros, atrapantes y melodramáticos, estremecedores y crueles», en el volumen también están presentes otros cuentos emblemáticos de la escritora, desde «Piedra libre» hasta «La mano en la trampa», pasando por «La huelga».
En los relatos de Guido se sabe que el infortunio o el mal sobrevendrán tarde o temprano y en su peor versión posible. A la escritora le gustaba detenerse en los pliegues rugosos de una situación, interceptar el instante en que se desencadena lo decisivo sin que haga falta provocarlo, desearlo, ni que fuera posible rechazarlo.
Escritora y guionista, Guido construyó una obra atravesada por la popularidad de novelas como «La casa del ángel» o «La caída» -llevadas al cine en dupla creativa con quien fuera también su pareja, Leopoldo Torre Nilsson-, en las que delineó personajes femeninos que desbordaron los estereotipos de la época y se apropiaron de temas que hasta entonces eran monopolizados por los autores varones.
Su huella es recuperada en «Espía privilegiada» (Eudeba), una biografía escrita por José Miguel Onaindia y Diego Sabanés que a lo largo de 270 páginas incluye material inédito como cuentos o artículos y cartas, entre ellas una que le escribió a Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares desde Madrid en 1988 en la que finaliza: «Los quiero, los admiro, y pienso que son los únicos a quienes podría escribir esta carta. Los ama, Beatriz. P.D.: ¡Viva la ambigüedad!».
«Nos sorprendía que el nombre de una autora como Beatriz Guido no circulara de manera más habitual, al menos como referencia, en los ámbitos vinculados a la cultura en lo que va del siglo. Sobre todo porque Guido, además de escritora de gran repercusión en los años 60, participó en los guiones de 25 películas (y otras que no llegaron a rodarse), algunas de ellas con fuerte reconocimiento internacional en años en que el cine argentino rara vez llegaba al exterior.
La pareja Torre Nilsson-Guido abrió la puerta de los festivales internacionales a nuestro cine, y también facilitó la llegada de la Generación del 60, que trajo una renovación temática y estilística», explicaba hace unas semanas Sabanés en diálogo con Télam.
Nacida en una casa con una fuerte vida cultural como la que impulsaban su madre, la actriz uruguaya Berta Eyrin, y su padre, el arquitecto Ángel Guido -uno de los creadores del Monumento Nacional a la Bandera-, Guido estudió Letras en Buenos Aires y Filosofía en Roma, para luego convertirse en una de las autoras más leídas en la década del 60.
Si bien su primera publicación fue el libro de cuentos «Regreso a los hilos», fue con la novela «La casa del ángel» que en 1954 irrumpió en la escena literaria y se multiplicó su repercusión acompañada de reconocimientos como el primer premio de Novela Emecé. Le siguieron obras como «La caída», «Fin de fiesta» o «El incendio y las vísperas» y el libro de relatos «La mano en la trampa».
El material del libro también tomó forma en una muestra que se llamó «Beatriz Guido, un mundo propio en la literatura y el cine» y se inauguró en el marco del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici) en el porteño Centro Cultural San Martín. (Télam)
Fuente: Grupo La Provincia