La doctora en historia del arte e investigadora Laura Malosetti Costa vuelve a centrarse en el análisis y las derivas de la historia de los retratos de personalidades de gran relevancia pública. Las cuatro figuras elegidas en esta ocasión pertenecen al siglo XX y funcionan como un imán hacia el libro íconos argentinos. Evita, Che, Diego, Lionel, del Fondo de Cultura Económica.
«Propongo aquí abordar la inmensa trascendencia de esas figuras a partir del impacto de sus retratos icónicos, condensando tendencias y sentimientos colectivos (…)», sostiene en el inicio de este pequeño volumen de 90 páginas suficientes para ofrecer un texto donde la erudición de Malosetti se mixtura con una prosa cercana y apasionada (por momentos de tono ensayístico) asequible para un amplio público. Cada capítulo está precedido por un código QR, mediante el cual el lector puede encontrar las imágenes estudiadas.
Su libro anterior, de 2022, Retratos públicos. Pintura y fotografía en la construcción de imágenes heroicas en América Latina desde el siglo XIX (época en la que se especializa) estuvo dedicado a figuras de próceres, héroes y heroínas de la emancipación americana. El nuevo retoma el estudio de Eva Perón y del Che Guevara (presentes en el último capitulo del anterior), cuyas imágenes han sido objeto de devoción popular, censura y actos de iconoclasia.
¿Por qué algunas imágenes de una misma personalidad persisten a lo largo del tiempo y otras caen en el olvido? es una de las preguntas nodales. La experta responde desde una perspectiva warburgiana al considerar la eficacia y el enorme poder con los que algunas logran evocar la supervivencia de ideas, ideales, emociones y sentimientos en tiempos y distancias largos. Evita fue muy fotografiada, sin embargo, su imagen icónica es el retrato al óleo pintado por el artista franco-argentino Numa Ayrinhac, destruido o desaparecido desde 1955. Esta imagen ilustró la tapa del libro La razón de mi vida (1951), que pasó de ser lectura obligatoria en las escuelas a constituir su posesión un delito, luego del golpe de Estado de Pedro Eugenio Aramburu.
En tanto, la imagen del Che a partir de la fotografía de Alberto Korda tomada en La Habana en 1960 se considera la más reproducida de la historia. La expresión severa de su mirada hacia lo alto, la estrella en la frente, el cabello lago, componen el retrato del héroe contemporáneo, símbolo de un ideal revolucionario y de protesta juvenil. Se la ha reproducido en múltiples soportes en todo el mundo como afiches, relieves artísticos, imanes, tazas, tatuajes. Y acá Malosetti sienta posición al defender los usos en apariencia triviales, comerciales e inesperados de esta imagen (o de otras célebres) al estimar que éstos le ofrecen nuevos y enriquecedores significados.
Héroes singulares
La mencionada imagen del Che estaba tatuada en el brazo derecho de Maradona. En los análisis sobre su figura y la de Messi, la autora se centra en particular en la cuestión de la tradición del héroe singular. En el caso de Maradona estima que hay dos imágenes que prevalecen sobre las demás, ambas surgidas del emblemático mundial de fútbol de 1986. Una de ellas es la captada por el fotógrafo Jorge Durán durante un entrenamiento, donde se lo ve al futbolista sonriente mirando hacia arriba con la pelota en la cabeza. Esa sonrisa, precisa Malosetti, es un matiz «decisivo respecto de esta tradición de miradas gloriosas proyectadas al futuro» y supone la alegría del juego.
La otra imagen expandida por doquier es la de Maradona de perfil corriendo y empujando la pelota con el muslo, durante la final de dicho Mundial contra los alemanes. La autora analiza su vínculo con el modelo más antiguo de la representación del atleta-ya presente en las ánforas griegas-de un fuerte cuerpo masculino en carrera con una de sus piernas en alto. «Sin embargo -precisa Malosetti- recordemos que esa imagen de Maradona implica una batalla (la derrota a los ingleses en 1986), la pelota que empuja ese cuerpo se convierte en un arma para vencer al rival, y la imagen se fusiona rápidamente con la del héroe clásico» del semidiós.
El inédito Messi: un nuevo paradigma Aunque Messi aún transita su carrera deportiva, Malosetti estima que su imagen refleja un nuevo modo de pensar al héroe contemporáneo y un nuevo paradigma de masculinidad en el mundo del deporte. Una de sus imágenes más populares, para la investigadora, es aquella donde se lo ve de frente o de espaldas mirando al cielo con una sonrisa y levantando los brazos para señalar y dedicarle el gol a su abuela Celia y dirigiéndose también a la tribuna.
La investigadora se refiere al estilo «inédito» de Messi, con gestos amables, divertidos, alejado del héroe trágico y de un paradigma masculino agresivo, bélico. Así lo explicita: «tal vez la figura de Messi sea indicio de un cambio a nivel generacional en el sentido de moderación de las emociones violentas también en el juego». Luego de enumerar varias virtudes más del futbolista concluye que lo más interesante es que no responden a modelos hegemónicos más conservadores y reaccionarios. «Ese modelo de varón y de héroe está en mi deseo feminista», concluye.
Fuente: Revista Ñ
Por Laura Casanovas