Villancicos

Lírica coral

Autor:
  • Sor Juana Inés de la Cruz

$3.500

ISBN: 9789681677916

La obra de la Sor Juana villanciquera -la poeta popular- sin duda es menos conocida que la de la Sor Juana cortesana de los sonetos, la filósofa del ‘Primero sueño’, o la subversiva ensayista de la ‘Respuesta’. Los ‘Villancicos’ nos invitan a jugar, a imaginar cómo, en palabras de don Ezequiel A. Chávez: «¿Miráis, desde este nuestro siglo, oscuro a pesar de su luz eléctrica, la Catedral aquella de hace dos siglos, en la noche, como en ascuas de luces? ¿Veis allí a la multitud apiñada, hombres y mujeres del pueblo todo; ricos y pobres, estudiantes y niñas; los ojos abiertos, reflejando las luces; las almas, volando…?»
Por primera vez publicados aparte del resto de su obra, estos villancicos rebasan la prédica común del sermón; sor Juana pedía únicamente la atención de su público -variado, pero exigente y conocedor- para mostrarle su visión, humana e inmediata, de los personajes sagrados que hablan a través de sus coplas y reflejan el mosaico variopinto de la sociedad novohispana.
Los villancicos que sor Juana escribió atraen porque revelan su gusto por las formas populares del lenguaje, las que supo utilizar para darles un sabor local que, aunado a su devoción por la Virgen María, contribuyó no sólo al perfeccionamiento del género, sino a forjar tanto la tradición literaria como la identidad musical y cultural de México.

Detalle

Sor Juana Inés de la Cruz

Sor Juana Inés de la Cruz [Juana Inés de Asbaje y Ramírez] (San Miguel de Nepantla, actual México, 1651 – Ciudad de México, México, 1695).
Fue la mayor figura de las letras hispanoamericanas del siglo XVII. Admirada por su talento y precocidad, a los catorce años fue dama de honor de Leonor Carreto, esposa del virrey Antonio Sebastián de Toledo. Apadrinada por los marqueses de Mancera, brilló en la corte virreinal de Nueva España por su erudición y habilidad versificadora. Pese a la fama de que gozaba, en 1667 ingresó en un convento de las Carmelitas descalzas de México y permaneció en él cuatro meses, al cabo de los cuales lo abandonó por problemas de salud. Dos años más tarde entró en un convento de la Orden de San Jerónimo, esta vez definitivamente. Dada su escasa vocación religiosa, parece que sor Juana Inés de la Cruz prefirió el convento al matrimonio para seguir gozando de sus aficiones intelectuales. Su celda se convirtió en punto de reunión de poetas e intelectuales. Ahí también llevó a cabo experimentos científicos, reunió una nutrida biblioteca, compuso obras musicales y escribió una extensa obra que abarcó diferentes géneros. Perdida gran parte de esta obra, entre los escritos en prosa que se han conservado cabe señalar la carta Respuesta a sor Filotea de la Cruz, seudónimo de Manuel Fernández de la Cruz, obispo de Puebla. Murió mientras ayudaba a sus compañeras enfermas durante la epidemia de cólera que asoló México en el año 1695. Sus obras completas se publicaron en España en tres volúmenes: Inundación castálida de la única poetisa, musa décima, sor Juana Inés de la Cruz (1689), Segundo volumen de las obras de sor Juana Inés de la Cruz (1692) y Fama y obras póstumas del Fénix de México (1700).
Fondo de Cultura Económica ha publicado Obras Completas I. Lírica personal (1951), Obras Completas II. Villancicos y Letras Sacras (1952), Obras Completas III. Autos y Loas (1955), Obras Completas IV. Comedias, Sainetes y Prosa (1957) y Villancicos. Lírica coral (2007).

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