(1947-2014)
Es uno de los fundadores del noire policiaco francés, muerto prematuramente, autor de una decena de novelas que, junto con las de J. P. Manchette, cambiaron el género. También fue militante trotskista en el 68, director de prensa obrera, miembro de todos los comités de solidaridad con América Latina. Introdujo historias con una fuerte carga política: Djemila (sobre el triste pasado colonial en Argelia), Pasaje de los monos (sobre los torturadores argentinos), Estado de sitio (sobre las brigadas rojas italianas). En 1982 obtuvo el Grand Prix du Roman Noir Télérama por Siempre son otros los que mueren. Uno de sus críticos escribió: «Si Cortázar hubiera escrito novelas policiacas, serían así».
