A sus 125 años, ‘El corazón de las tinieblas’ se transforma en cómic

julio, 2024
En pocas semanas se cumplirán cien años del fallecimiento de Joseph Conrad.
Directores como Ridley Scott, Alfred Hitchcock y Richard Brooks llevaron sus obras al cine.
Y ahora, su novela inmortal fue adaptada por el historietista Peter Kuper.

Contundente, breve y brutal: «Exterminénlos». Así, textualmente («Finish them», en el original en inglés), fueron las palabras que la exembajadora de Estados Unidos en la ONU Nikki Haley escribió hace apenas unas semanas en un misil israelí. Esta perturbadora imagen de su firma no solo representa un acto de barbarie, sino que también involuntariamente alude a una obra mayor de la literatura universal: El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.

Sin saberlo, Haley citó el momento culminante de la novela más famosa de Joseph Conrad, cuando su antagonista y oscuro personaje clave, el coronel Kurtz, escribe en su diario (y posiblemente para una posteridad que, para horror, difuminará los límites entre ficción y realidad): «¡Exterminen a estos salvajes!».

La rivalidad entre dos oficiales napoleónicos se prolonga en duelo obsesivo (El duelo). Un joven marinero salta anticipadamente creyendo que su barco chocará; el accidente no ocurre y vive con esa vergüenza (Lord Jim). Un buque llega a una república sudamericana sumida en la anarquía, donde la búsqueda de un tesoro oculto desencadena la locura de sus tripulantes. La anarquía y caos de una lejana tierra colonial, inquieta y enloquece a sus conquistadores imperiales (Nostromo)

En la cáscara de una nuez

Como afirma Marlow, protagonista y narrador de El corazón de las tinieblas, «las historias de los marineros son escuetas y sencillas y todo su significado cabe en la cáscara rota de una nuez». Quizás de ahí, y de la doble profesión de Conrad como marino y escritor, provenga su perfección.

Directores de cine de la talla de Ridley Scott, Alfred Hitchcock y Richard Brooks llevaron sus obras al cine. Incluso, gracias a la narrativa impecable del original, como en Los duelistas de Scott (que también rindió homenaje al escritor inglés llamando Nostromo a la nave espacial de su clásico «Alien»), es probable que la adaptación haya superado a la novela.

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.

Nacido como Józef Teodor Konrad Korzeniowski en 1857, en el Imperio ruso, actual Ucrania, y nacionalizado polaco, Conrad fue hijo de revolucionarios. Educado a partir de sus 20 años en Inglaterra, el capitán de marina mercante y escritor en poco tiempo logró afianzarse en el idioma inglés (aunque también en el francés) y se convirtió en uno de los principales escritores de esa lengua.

En una de las épocas más fructíferas de la literatura inglesa, la era imperialista o colonialista, se destacó entre libros, novelas y personajes tan icónicos como Drácula, Sherlock Holmes y El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, que definieron la literatura victoriana y del siglo XX.

Hacia el corazón de África

Inspirado en uno de sus viajes al CongoConrad relata casi en forma de monólogo un viaje hacia el corazón de lo más inhóspito de África, donde uno de los agentes más eficientes de la compañía de ultramar perdió la razón y se convirtió en una suerte de dios y señor del marfil, el principal producto de exportación.

Si, como el historiador Eric Hobsbawm sugiere, el siglo XX es un “siglo corto”, porque impacta entre el comienzo de la Primera Guerra Mundial y el colapso de la Unión Soviética, (el fin del socialismo se le adelantó al siglo 21), el año de la publicación de El corazón de las tinieblas es muy sugerente.

Publicada en 1899, esta obra es premonitoria del siglo XX, que ya no sería solo el de la era del colonialismo británico, sino también el de la supremacía capitalista e imperialista moderna, marcado durante mucho tiempo por la antinomia entre el socialismo y la economía de mercado.

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.

Es muy probable que directores geniales como Orson Welles y Francis Ford Coppola hayan sentido la atracción de su encanto. Welles, en particular, intentó llevarla al cine como su primera gran obra, presentándola como una audaz narración contada únicamente desde el punto de vista subjetivo de Marlow y con la voz del propio Welles. Sin embargo, el proyecto fue vetado por el estudio antes de la preproducción.

Apocalypse Now, la aclamada película de Coppola, finalmente se llevó a cabo… o casi. Las crónicas de su odisea y las dificultades en las Islas Filipinas están bien documentadas. El director de El padrino utilizó el argumento original para retratar el caos y la irracionalidad de la guerra de Vietnam, especialmente a través del Coronel Kurtz, un exmiembro de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos.

Gracias al guión de John Milius (Conan el Bárbaro, Harry el sucio), Kurtz se convierte en un personaje de luces y sombras, enigmático en su poesía y profundidad, liderando a un grupo de nativos. Autoritario, erudito y fascinante, el personaje revela una ambigüedad ideológica tan penetrante como la que muestra la habitación (o la mente) adornada con posters de Stalin y simbología nazi del Travis Bickle de Taxi driver.

Las credenciales de Kuper

Peter Kuper, historietista con credenciales como haber ilustrado para el New York Times, ser un ícono de la contracultura en la revista Mad y fundador de la revista de historietas World War 3 (donde Art Spiegelman fue colaborador), ya había realizado adaptaciones literarias, incluyendo cuentos de Franz Kafka.

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.

Quienes lean sus versiones de El puente, La peonza y Ante la ley encontrarán no solo a un ilustrador excepcional de con trazos oscuros, sino también a un intérprete extraordinario de un escritor agobiado por la polisemia.

En esta nueva adaptación de El corazón de las tinieblas, Kuper relata en su prólogo que dedicó varios años de investigación, consultando la versión crítica de la novela de Paul B. Armstrong y los estudios de Maya Jasanoff, reconocida experta en Joseph Conrad.

Utilizando un formato amplio para capturar el río Congo, que domina todo el relato como una serpiente enroscada, Kuper emplea recursos de encuadre y estilo: dos páginas desplegadas para crear ilustraciones panorámicas que enmarcan los paisajes fluviales, los meandros y las rutas oscuras, además de viñetas circulares para enfatizar el montaje paralelo y los flashbacks que estructuran la narrativa.

La corrupción y la brutalidad de la empresa colonizadora del siglo XIX en la novela de Conrad, junto con la xenofobia y el racismo, representan la barbarie moderna (un oxímoron indispensable para entender el nazismo) del siglo XX

En este sentido, es probable que El corazón de las tinieblas sea para la literatura occidental lo que El matadero es para las letras argentinas: una obra adelantada a su tiempo, reveladora de un nuevo mundo y de una nueva literatura. Y que escrita por un erudito e ilustrado, captura el lenguaje crudo y sangriento, de víctimas y verdugos.

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, adaptado al cine por Orson Welles.

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, adaptado al cine por Orson Welles.

Las atrocidades en el Congo (incluida la incomprensión del hombre blanco hacia el eventual canibalismo del africano, que esclavizado es torturado de hambre), prefigura el fascismo, las bombas incendiarias de napalm o la amenaza atómica.

Fascinante y estremecedora

Jorge Luis Borges escribió un prólogo a la novela en la que afirma que «no se puede concebir la literatura universal sin pasar por la lectura de esta obra fascinante y estremecedora».

Y no sólo Borges, Coppola o Welles han caído bajo su influjo. Gran parte de la obra de Werner Herzog (como Fitzcarraldo o Aguirre, la ira de Dios) también bebe de su espíritu oscuro. El ensayista Carlos Gamerro sugiere en Facundo o Martín Fierro que hay notables similitudes entre la novela de Conrad y el Diario del Che en el Congo. Incluso en películas como Deliverance (donde cuatro hombres enfrentan un río indomable y se cruzan con parias del sueño americano, casi sub-humanos), se refleja la oscuridad de la novela.

A casi 100 años de la muerte de su autor (3 de agosto de 1924), la historieta de Kuper condensa el argumento y al mismo tiempo conserva casi todas sus frases más recordada, esas que son patrimonio oscuro de la literatura universal:

«Con ese hombre no se dialoga, se lo escucha». «Vivimos como soñamos: solos». «Un grito que era poco más que un suspiro: ¡El horror! ¡El horror!». «La conquista de la tierra consiste en arrebatársela a aquellos que tienen una piel distinta o la nariz ligeramente más achatada que nosotros».

Y, por supuesto, entre todos esos horrores, está aquel grito, escrito, que aún hoy citan sin saberlo los más bárbaros. Los que desconocen la obra de Conrad: «Exterminen a estos salvajes!».

Fuente: Clarín
Por Nicolás Pichersky

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