Bandidas de todos los mares

abril, 2023
De Anne Bonny y Mary Read a Grace O’Malley, un ensayo histórico recupera la estela de las mujeres que se lanzaron a la piratería y rompieron así con los cánones domésticos de su tiempo.

La piratería nació en el mediterráneo. Según algunos registros, se sabe que la primera pirata reina fue Artemisia I de Halicarnaso. Y así como ella, la historia fue atravesada por muchísimas más, algunas reinas, otras pobres y muy pocas recordadas, salvo excepciones como las de Anne Bonny (1697-1782) y Mary Read (1685-1721); y más recientemente Grace O’Malley (1530-1603).

A pesar de haber luchado en los mares más profundos y de haber hecho a un lado “sus enaguas” para lograrlo, e incluso habiendo estado al mando de los hombres, lo que las historias regalan es un relato muy distinto. Mujeres seductoras, sexuales, libidinosas y unos estereotipos que se alejan de la realidad.

Un poco por frustración y otro por querer homenajear a tantas mujeres piratas que llevaron adelante esta actividad con valentía, la abogada e investigadora Laura Sook Duncombe comenzó hace años una investigación que derivó en el libro Mujeres piratas: Las princesas, prostitutas y corsarias que gobernaron los siete mares con la traducción de Clara Stern Rodríguez y publicado por el Fondo de Cultura Económica.

La autora vive en Tulsa, Oklahoma, en los Estados Unidos y estudió Derecho en la Universidad de Georgetown, aunque en una cadena de mails en la que dialogó con Ñ en su idioma natal, confesó que su debilidad no está en esa disciplina sino en escribir sobre piratas.

–¿Qué disparó la escritura de este libro sobre historias de piratas?

–Siempre me han gustado los piratas, desde que era una niña. Pero realmente comencé a investigar en 2015, momento en el cual descubrí la figura de Cheng I Sao, la pirata más exitosa de todos los tiempos. Si su historia era desconocida, ¿había otras olvidadas? Encontrar a esas mujeres y contar sus historias se convirtió en mi misión.

–¿Cómo encaraste la investigación, qué fuentes consultaste habiendo tan poco registro de la época como señalas en el prólogo?

–Realice muchas entrevistas de historia oral, investigué en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y encontré algunos libros viejos y polvorientos en las tiendas de regalos del Caribe. ¡Las mujeres piratas estaban presentes en todas partes si sabías dónde buscar! Lo que sucede es que, a menudo, suelen ser agregadas en las historias principales, pero solo como “novias” o “cómplices”. Pero una vez que comencé a examinar esas historias con una mirada crítica, aparecieron estas mujeres.

–¿Cómo era una mujer pirata entonces y en qué lugar político social la ubicaba la piratería? –Lo cierto es que esta respuesta varía dependiendo de la época histórica y del lugar donde tenían sitio los hechos. La piratería ha existido durante milenios y las mujeres piratas han estado allí desde el principio. Todas estas mujeres son muy diferentes cuando las separamos por edad, clase, religión o etnia… pero lo que las une es su rechazo a lo que “debería ser” una mujer. Todos eligieron salirse de la ley y hacer su propio destino. Eran mujeres que rompían con lo que el mundo esperaba de ellas.

–Las mujeres piratas de los mares mediterráneos eran reinas, ¿Podrías explicar esta singularidad?

–La piratería se veía diferente según los períodos históricos. Las primeras piratas que conocemos fueron reinas porque solo las mujeres con tanta riqueza y estatus estaban habilitadas a un fácil acceso a las flotas de veleros. Más adelante en la historia, las piratas serían pobres y de baja cuna, pero por las historias griegas, conocemos que eran solo las reinas las que se volcaban a esta actividad en los mares. Si hubiera más, estarán enterradas más profundamente en la historia, lo cual dificulta su hallazgo. –En el libro también hablas de las mujeres vikingas, que viajaban junto a sus hombres para pelear en las guerras, incluso disfrazadas de varones. ¿Cómo se tiene registro de tal cosa

habiendo sido los vikingos guerreros que no indagaron en la escritura?

–Las historias de mujeres vikingas provienen en su mayoría de Gesta Danorum, un libro de historia danés de Saxo Grammaticus. Las vidas de muchas mujeres vikingas quedaron registradas en ese libro.

–¿Cómo vivían la actividad pirata las mujeres en las distintas épocas analizadas?

–La única constante unificadora de la piratería es que está libre de convenciones. Hombres y mujeres son criados para seguir reglas; los piratas no hacen esto. Los piratas rechazan a la sociedad y las convenciones y hacen lo que quieren. Creo que para una mujer en cualquier momento esto sería increíblemente liberador. Que se les permitiera salir del hogar, de la familia y de la vida femenina para poder navegar, robar y emprender aventuras… era una vida dura y peligrosa, pero en muchos casos era preferible a la vida que, de lo contrario, hubieran tenido que enfrentar.

–Es curioso que, a lo largo de la historia, las mujeres piratas fueron reducidas a estereotipos. ¿Cuándo dejó de suceder esto?

–¡No estoy segura de que haya sucedido! Los medios populares todavía representan a las mujeres piratas como “mozas lujuriosas” con botas de cuero hasta los muslos y blusas escotadas. Dos de las piratas más famosas, Anne Bonny y Mary Read, son más conocidas porque se rumoreaba –a menudo– que eran lesbianas, lo cual resulta excitante para algunos hombres. Hasta ahora hemos recorrido un largo camino, y hay muchos estudios publicados por mujeres que realmente han ayudado a disipar algunos de los mitos sobre las piratas, pero aún queda mucho trabajo por hacer.

–¿Cuándo se instala la idea de que la sociedad necesitaba a una mujer más sumisa? –Nuevamente, no son todas las sociedades porque obviamente hay otras religiones, además del cristianismo. Pero muchas sociedades, incluso diría que la mayoría, tienen en su centro una fuerte unidad familiar. Y durante la mayor parte de la historia, eso significó un hombre, una mujer y niños. Si las mujeres huyen y son piratas, ¿quién cocina y cuida a los bebés? ¿Cómo sobrevivirá la sociedad? Y ahí es donde ves que estas historias se cambian deliberadamente para minimizar el papel de estas mujeres o darles finales trágicos, como una advertencia hacia otras mujeres. Porque resulta más fácil para los hombres dirigir el mundo cuando las mujeres cocinan y limpian para ellos. Entonces, de alguna manera, estas historias son realmente peligrosas porque una mujer no tiene que quedarse en casa, puede vivir aventuras y ser libre. ¡Tenemos pruebas! Están en este libro.

Fuente: Revista Ñ
Por Florencia Borrilli

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