Crónicas de viaje: cuando los escritores viven fuera de la ficción

abril, 2023
Este hilo rastrean experiencias de autores se volcaron a la no ficción para hablarnos de un territorio que desconocían. De Sara Gallardo a Lewis Carroll, de Osvaldo Baigorria a Fabio Morábito y Luis Chaves.

Hola, ¿qué tal? Espero que estés lo mejor posible. Yo con mucha actividad, pero haciendo cosas que me gustan, así que no me quejo, excepto por los precios de las cosas. Crónicas de viaje

Esta quincena me voy a dedicar a un tema que me interesa porque es algo que disfruto mucho. Vamos a hablar de los viajes, de lo que implica viajar. Pero más específicamente, nos ocuparemos de libros de no ficción sobre viajes, escritos por autores y autoras que tienen además obra de ficción. O sea que son todas personas que escribieron cuentos, novelas o poemas, que armaron sus mundos, recurrieron a su imaginación, pero a la hora de hablar de los viajes deciden usar la primera persona y ponerse a ellos mismos como protagonistas. Pueden ser viajes por trabajo, por curiosidad, incluso temporadas que pasan en alguna ciudad como residencia de escritura o como aventura. Y pueden ser cercanos en el tiempo o bastante lejanos (llegaremos hasta el siglo XIX). Preparé una selección ecléctica de exploraciones de un puñado de escritores y escritoras que quisieron contarlas. Empecemos.

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Sara Gallardo, la inquieta

Debo decir que este Hilo se me ocurrió al leer Vivir de viaje, un libro reciente que compila textos de la escritora y periodista argentina Sara Gallardo (editado por Fondo de Cultura y armado por Lucía de Leone, la investigadora que hace años se dedica amorosamente a difundir y establecer su obra). Para Gallardo, el desplazamiento constante era un modo de vida, y lo llevaba a cabo en viajes programados pero también como enviada especial de los diarios y revistas en los que colaboraba. Era una mujer de mundo, inquieta y fresca, que como corresponsal en el extranjero se dedicaba a capturar con una mirada propia lo que otras ciudades podían decirle a una porteña y transmitirlo para otras damas de su generación desde las páginas de Confirmado La Nación. Cómo conjugaba la maternidad (tuvo tres hijos de dos maridos) con la escritura periodística y de ficción con una vida nómade es algo que me intrigaba y que en este libro se dilucida bien. La suya era una propuesta literaria errante y en esos viajes ella se iba alimentando (de experiencias, de ideas para libros) a la vez que se iba despojando (de objetos, de vínculos tóxicos). Visitó Europa muchas veces (vivió en una pequeña cabaña en Suiza pero también varios años en Roma), se estableció entre 1975 y 1978 en Cruz Grande, La Cumbre, Córdoba, en la casa de su gran amigo Manuel Mujica Láinez, y también conoció Cuba (participó en la comitiva argentina que se entrevistó con el Che), Estados Unidos, Punta del Este, Tucumán y muchas otras ciudades de Argentina. Al leer sus textos juguetones con distintas recomendaciones (“Cómo ser un viajero elegante”, “Cómo viajar hacia el mar en autobús”, “Cómo viajar por Provenza con una bolsa al hombro”), o con impresiones específicas sobre las costumbres de clase o la farándula de los países que visita, Sara se proyecta como una mujer sagaz, estimulada por la observación de lo diferente, y con un gran oficio para narrar oponiéndose a lo inmóvil, a lo permanente. (Mención aparte merecen sus textos en Nápoles, cuando trata de entender el fervor por Maradona.) “Sara sabe que afincarse es apartarse del misterio, y frente al encierro o la permanencia en un lugar siempre eligirá otra vía: escaparse”, dice De Leone en el prólogo cuando explica de qué manera armó la arquitectura de este volumen lleno de hallazgos para fans de Gallardo (como yo).

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Fuente: Cenital
Por Malena Rey

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