Medio: Clarin
Autor: Luis Diego Fernández
Irracionalidad. Una historia del lado oscuro de la razón (Fondo de Cultura Económica) de Justin E. H. Smith, doctor en Filosofía por la Universidad de Columbia, es un ensayo cuyo argumento central es simple de enunciar: tratar de eliminar la irracionalidad tanto de la sociedad como del ejercicio de nuestras facultades individuales es irracional. En otros términos, la hipótesis del autor reside en dejar en evidencia que los hombres somos animales irracionales.
Desde sus nueve capítulos, el mapa de ruta que propone Smith aborda los siguientes problemas: los límites y abusos de la lógica que no está exenta de distorsiones en nombre de la ciencia de la razón; el problema de los llamados “no-brainers”, es decir, obviedades que no requieren mucho cerebro para su explicación; los sueños y el hecho de que un tercio de la vida humana transcurra en el marco de alucinaciones delirantes; y la cuestión del arte, el romanticismo y el genio como aquel individuo que escapa a toda regla fijando su propia normativa.
Además, se detiene en la pseudociencia, particularmente los casos del creacionismo, terraplanismo y el movimiento antivacunas; una mirada crítica sobre la pretendida universalidad de la Ilustración y sus verdaderos beneficiarios; la discusión pública en las redes sociales y como éstas exacerban los extremismos y las facciones; el humor y las mentiras, sobre todo el debate en torno a los límites de la sátira en determinadas publicaciones y, por último, la irracionalidad como negación a aceptar nuestra futura y certera muerte individual.
Entre el ensayo y el paper
Irracionalidad es una intersección de registro académico y exploración ensayística en la cual Smith se hace cuestionamientos como el siguiente: “¿Qué tienen de irracional los sueños, aparte de no ser la realidad, aparte de ser, en efecto, el producto de una alucinación? Desde una concepción influyente, la geometría tampoco es la realidad, en la medida en que sus objetos –triángulos, círculos, etc.– no son objetos físicos del mundo sino entidades ideales”.
Es particularmente interesante el análisis que realiza el autor de las metamorfosis de un fenómeno social en otro en determinados jóvenes que pasaron de una adscripción punk anarquista en su adolescencia, seguidores de bandas como los Dead Kennedys, a ser partidarios nada irónicos de Donald Trump en su madurez. De igual modo, en la República de Weimar se asistió al pasaje de las expresiones estéticas más vanguardistas a la subordinación hacia los objetivos de una política masiva totalitaria.
Dionisismo y éxtasis
El ensayista retrata a partir de referencias a La gaya ciencia de Nietzsche y Los griegos y lo irracional de E. R. Dodds, el dionisismo, los éxtasis y las transgresiones del mundo griego, muy lejos del pretendido elogio de la racionalidad apolínea, el orden y la simetría que se supone este propugnaba.
En este arco de lectura, Smith recurre al epistemólogo anarquista Paul Feyerabend quien afirma que la racionalidad científica es una ideología poderosa en especial durante los siglos XVII y XVIII pero que no impide la aparición de teorías alternativas que produzcan controversias, así sean estas la astrología, la medicina holística y el creacionismo.
Sobre este último caso, el autor cita a Ken Ham, fundador del creacionismo de la Tierra joven, una versión estricta de esta teoría que interpreta de manera literal la versión bíblica; en el mismo sentido, Smith en referencia a la teoría de la Tierra plana, dice: “El mayor peligro del terraplanismo es su capacidad de instalar en la mente joven la idea de que el mundo se encuentra bajo el control de fuerzas oscuras, de actores poderosos ocultos entre bambalinas”.
Son especialmente significativos los pasajes en los cuales el autor conjetura sobre la discusión pública al interior de los dispositivos digitales y el auge del trumpismo.
“Creamos un presidente a fuerza de memes”, cita Smith a Chuck Johnson, un trol proscripto de Twitter. La llamada “derecha alternativa”, cuya argamasa se asienta sobre “hechos alternativos” (frase acuñada por Kellyanne Conway, vocera de Donald Trump en 2017), bullshit (charlatanería) en tanto género irracional que busca persuadir a partir de aserciones pretendidamente científicas que procuran dejar al descubierto otra verdad y teorías conspirativas, permitió a la irracionalidad estructural colocar a un presidente como Trump.
Sin embargo, marca el autor, la derecha no tiene el monopolio de la sinrazón, por el contrario, en los años sesenta la izquierda promovía el viaje lisérgico a través de la experimentación sexual y el rock. En aquel momento los conservadores eran las figuras parentales de los hippies de Woodstock. “La irracionalidad no es en sí misma de izquierda ni de derecha, ni buena ni mala”, señala Smith.
Irracionalidad es una consistente genealogía del lado oscuro de la razón que no pretende tanto abrir un juicio de valor condenatorio sino más bien partir de la premisa que la irracionalidad es inextirpable de nuestra humanidad, incluso los esfuerzos por erradicarla son por excelencia irracionales.
Irracionalidad. Una historia del lado oscuro de la razón
Justin E. H. Smith
Fondo de Cultura Económica
400 págs.