De los géneros periodísticos, la columna gráfica es de los más difíciles. En un formato estricto y prefijado, hay que procurar ser lógico e informativo, y hay que ser sintético y bastante calculador, si se quiere dar un punto de vista. Ahora, redes sociales mediante, la opinión pública es una práctica ejercida hasta el absurdo, vehículo de impulsos emocionales, caprichos, chismes y otras cosas que no aportan tanto al mundo como a la vanidad de quien la profiere. Choclazos sin sentido, panfletos y plagios sin aura, ni rigor, son rotulados como columnas en medios desesperados por alentar y click bait y complacer a sus patrocinadores.
En las antípodas de este paisaje luctuoso, estaba Federico Monjeau, crítico musical, ensayista, profesor y periodista de Clarín. Notas de paso, editado por el Fondo de Cultura Económica, reúne las columnas que hizo para el diario a partir de 2016, en lo que es una posibilidad inmejorable para conocerlo, releerlo (o, como me pasa a mí, para tratar de entender cómo hacía tan bien lo suyo). Con una sensibilidad completamente singular, pero sin pretensiones de serlo –como apunta Matías Serra Bradford en su prólogo perfecto–, Monjeau engarza un montón de temas diferentes mediante conectores inesperados, pero infalibles. Y en muchos casos lo hace con sentido del humor. Cuando leí, cerca del final del libro, el título “¿Qué sería de Argentina sin Gardel?”, pensé en él como un Gardel de las columnas.
Con ellas no solo dio y dará placer a los lectores, sino que fraguó un legado genial para quienes, sabiéndonos incapaces de ser gardeles, intentamos, al menos, no ser meros opinadores guiados por un algoritmo.
Fuente: Perfil
Por Nancy Giampaolo