La década de 1980 puede ser considerada la era dorada de la historieta europea dirigida al público adulto. A través de revistas como Metal Hurlant, cuya publicación en Francia marcó tendencia desde mediados de la década anterior, 2000AD en el Reino Unido, o Cimoc y Totem en España, entre otras, el género alcanzó una masividad que les permitió a las publicaciones multiplicarse y mantener una continuidad sostenida.
Buena parte del fenómeno se basó en la coincidencia en tiempo y espacio de artistas notables de todo el mundo, que con sus creaciones alimentaron la fantasía de sus lectores fieles. Nombres como los de Moebius, Milo Manara, Enrique Breccia, Frank Miller, Hugo Pratt y muchos más llevaron a la historieta a un nivel artístico superlativo, sin perder la raigambre popular que forma parte de su ADN.
Gracias a la editorial Fondo de Cultura Económica es posible encontrar en las librerías argentinas la edición casi completa de una obra que, a pesar de su brevedad, es un verdadero clásico de la época. Se trata de Kraken, creación conjunta del guionista valenciano Antonio Segura y el dibujante catalán Jordi Bernet, de la que apenas se publicaron ocho episodios. Su carácter efímero está atado al de la revista española Metropol, de la que apenas llegaron a editarse doce números en 1983. A pesar de ello, cuenta con todos los elementos para ser considerada una de las obras más representativas del período que en España se conoce como el Boom del Cómic Adulto.
Vistos desde la perspectiva que otorga el primer cuarto del siglo XXI, los años ‘80 en la historieta fueron salvajes, quizás el equivalente a lo que el cine vivió en los ‘70. Sexo y violencia, un realismo crudo como espejo de la sociedad de su tiempo y elementos fantásticos como metáfora de horrores bien concretos definían los universos de muchos trabajos de la época. Esos ingredientes forman parte de la obra de Segura y Bernet.
Este último fue muy conocido por los lectores argentinos por ser, junto a los argentinos Carlos Trillo y Eduardo Maicas, uno de los autores de Clara… de noche, la tira protagonizada por una cándida prostituta y abnegada madre soltera que durante muchos años se publicó en la contratapa del Suplemento joven NO, de Página 12. Quiénes recuerden a Clara reconocerán de inmediato el trazo de Bernet, sobre todo en la belleza carnal de sus personajes femeninos, cruza entre Divito y Bettie Page, que también identificaba a aquella heroína del oficio más antiguo.
Kraken, monstruo bajo tierra
Kraken transcurre en los túneles del alcantarillado de Metropol, una megaciudad futurista pero socialmente muy parecida al mundo de aquella década. Incluso hay elementos en los que ficción y realidad se cruzan, como en una viñeta donde aparece un grafiti en el que se lee “Reagan es el Kraken”, en alusión al famoso presidente estadounidense de la época.
Esa laberíntica red de túneles es además el escenario del submundo criminal, donde se ocultan todos los delincuentes de Metropol. Pero también donde trabaja el Teniente Dante, un policía encargado de patrullar las cloacas en la que el excremento real se confunde con la escoria social. Ahí también habita el Kraken, una versión lovecraftiana de la famosa criatura mitológica, cuya sola mención provoca terror hasta en el malandra más violento.
A pesar de ocupar el título mismo de la tira, la presencia del Kraken está dosificada a lo largo de la trama, haciendo apariciones esporádicas y tremendas, al estilo del monstruo de la película Alien, el octavo pasajero. Una especie de mito urbano que se confunde entre las atrocidades reales que ocurren en ese infierno subterráneo, que van desde sanguinarias masacres a tiros y aberrantes violaciones de todo tipo, hasta una aberrante red de abortos clandestinos.
Igual que su homónimo en la Divina Comedia, el Teniente Dante es el encargado de recorrer ese pandemonio. Antihéroe clásico, el protagonista aparece como una mezcla entre los detectives duros de policial negro y el capitán Ahab, de la novela Moby Dick. Como este último, Dante también está obsesionado con cazar a la bestia fabulosa, a la que perseguirá por las alcantarillas hasta el fin del mundo.
Fuente: Tiempo Argentino
Por Juan Pablo Cinelli