La pérdida de la virtud y el deseo

abril, 2024
El valor del psicoanálisis no es sólo la posibilidad que tiene un sujeto de hacerse nuevas preguntas, ni tampoco del desarrollo del conócete a ti mismo. Carlos Gustavo Motta y su mirada de cada sábado

Luigi Zoja está en Argentina con motivo de la 48 Feria Internacional del LibroPsicoanalista, licenciado en Economía, escritor,  nacido en Varese, Italia, presenta su obra más reciente. Su libro se llama “La pérdida del deseo” (Fondo de Cultura Económica, 2024) donde se interroga por qué la actividad sexual disminuye entre los jóvenes y por qué este fenómeno casi no ha sido advertido.

Exclusivo para MDZ

Zoja afirma que no es sólo la sexualidad entró en una fase de decadencia sino que tampoco queremos ver esto mismo. Para el autor, la sexualidad ocupó un lugar central en el siglo XX, indicador de una sociedad abierta, sin embargo esta sociedad abierta no es libre. Observa que los psicólogos no hablan mucho sobre la sexualidad y lo que se habla se encuentro prefabricado por el mercado o por la presión de determinados grupos. La libertad parece pasar de la boca para afuera. ¿Cómo se relaciona este tema con la virtud?¿Es enseñable la virtud?, ¿o no es enseñable, sino que sólo se alcanza con la práctica?, o ni se alcanza con la práctica ni puede aprenderse, sino que se da en los hombres naturalmente de algún otro modo Sabemos que es el sexo, pero ¿qué es la virtud?.

Concepto que posee varios significados

Entre ellos, se lo menciona cuando existe la posibilidad de algún beneficio. Y se habla de su práctica, cuando se la ejercita o de su falta, cuando se la excluye de las relaciones personales. Hay quienes piensan que los conceptos analíticos no tienen ningún valor, ni corresponden a la realidad, argumento que reduce al psicoanálisis al campo de la conciencia. El valor del psicoanálisis no es sólo la posibilidad que tiene un sujeto de hacerse nuevas preguntas, ni tampoco del desarrollo del conócete a ti mismo. Su aptitud es intervenir sobre un enunciado que lo interroga íntimamente.

Vivimos en una época donde esta posibilidad resiste brutalmente. Se rechaza la subjetividad: la sociedad que practica una filosofía pragmática, posee a su alcance el bienestar económico que le permite practicar una filosofía del tener. Virtud blindada, o el blindaje de la virtud que provoca un individualismo vacío, porque todo lo que se le propone al sujeto, al decir de Marc Augé, pertenece al mundo de las evidencias. La construcción del sujeto para el psicoanálisis, ¿incluye la virtud, la ética, el deseo, la sexualidad?, ¿son términos que se excluyen entre sí?.

Para Platón, la virtud no se la enseña ni se la aprende; tampoco se la posee por naturaleza

Es un don, exclusivo e intransferible. Para Aristóteles, se es virtuoso cuando se permanece entre el más y el menos: el justo medio. Tomar partido, entonces, pertenece al campo de la ética. La presencia es ética, no virtuosa, de allí que siempre se hable de la presencia del analista y no de la práctica virtuosa del psicoanálisis, utopía banalizante. El presente de nuestra civilización confunde términos. Confunde intromisión con interés. Confunde ajuste de medidas económicas con empobrecimiento de condiciones laborales. Confunde la falta de consumo con el cansancio y la pérdida de credibilidad. Confunde el fortalecimiento de la conciencia alimentando el conformismo de mandatos internos feroces, a la elaboración de los acontecimientos que permiten algo de saber subjetivo. Confunden las corrientes filosóficas con las herramientas específicas y precisas del psicoanálisis.

Fuente: Mdz
Por Carlos Gustavo Motta

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