La riesgosa mitad heterogénea

abril, 2025

He aquí un auténtico libro de bolsillo. Mide 17 por 11 centímetros, tiene 97 páginas y atesora un poderoso artículo que George Bataille entregó en 1933 a la revista La Critique Sociale, un bastión del comunismo disidente, es decir crítico de Stalin.

Por entonces, nos explica Margarita Martínez en el estupendo prólogo, Bataille era un ensayista en ciernes de 36 años que “pensaba invirtiendo las posiciones clásicas del análisis económico y social”.

Entendía al hombre «no como un ser para la acumulación, sino para la pérdida”, por causa de la nefasta represión de los instintos, que había causado la Modernidad. Desde esa atalaya, edificada con los fangos de Freud y de Marx, Bataille quiere ser «el primero y el único en Francia que intente elucidar el fascismo por medio de una conceptualización predominantemente psicoanalítica», de acuerdo a su biógrafo Michel Surya.

Pero tanto o más instructivas que esa genealogía del fascismo que propone Bataille son algunas categorías de análisis que aplica, herramientas que pueden utilizarse, incluso, para interpretar fenómenos políticos de nuestra era como el kirchnerismo, Trump o Milei.

Muy interesante, por ejemplo, es su «descripción psicológica de la comunidad» que divide al cuerpo social en elementos homogéneos y elementos heterogéneos. La primera parte está conformada básicamente «por aquellos hombres y mujeres que poseen los medios de producción o el dinero destinado a su mantenimiento y adquisición». Hoy podríamos prescindir de ese reduccionismo marxista y extender la homogeneidad a todo el statu quo, no sólo al aparato de producción. Es el mundo del trabajo, del dinero, de la autoridad y la adaptación.

En la parte heterogénea se encuentran las vidas inasimilables, las existencias válidas para sí mismas (sin utilidad social), el lumpen proletariado, los revolucionarios.y los criminales, el gasto improductivo, el mundo sagrado, lo inconsciente… «Todo lo que la sociedad homogénea rechaza como desecho o bien como valor superior trascendente», escribe un Bataille que nos da casi siempre una impresión de actualidad.

«La violencia, la desmesura, el delirio, la locura caracterizan en distintos grados los elementos heterogéneos activos, en cuanto personas o en cuanto multitudes, que se producen quebrando las leyes de la homogeneidad social», añade el filósofo epicúreo. Naturalmente, Bataille ubica al fascismo en el mundo de la heterogeneidad. Es «lo completamente otro».

Pequeño en dimensiones, pero rico en ideas es pues el miniensayo. A los fatigados, pero igualmente crédulos, habitantes del siglo XXI, la voz cautivante de Bataille nos advierte desde los tiempos de Stalin y Mussolini: la fuerza de un líder es análoga a la que se ejerce en la hipnosis.

Fuente: La Prensa
Por Guillermo Belcore

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