Los imperdibles escritos de David Viñas, el crítico literario que se animó a “matar a los padres”

abril, 2023
Se trata de uno de los intelectuales argentinos más influyentes del siglo XX. El libro “Trastornos en la sobremesa literaria” reúne parte de su obra que permanecía dispersa en diarios y revistas de Latinoamérica.

Es indudable que la crítica literaria no suele tener tanta difusión como la ficción, tal vez porque no todos los lectores creen que la lectura debe ser acompañada de un soporte teórico, o porque muchas veces creemos que la crítica se relega a un ámbito universitario o especializado, o simplemente porque pensamos ¿cuál es el punto de leer crítica literaria?

A todos esos interrogantes, podríamos responder que el papel de la crítica no debería ser marcarnos un camino delimitado a seguir o una interpretación única, sino proveernos de múltiples herramientas para enriquecer nuestra lectura y permitirnos llegar a conclusiones propias en base a lo leído. Leer teoría literaria nos lleva a realizar conexiones inesperadas entre nuestras lecturas previas para poder pensar las futuras, y nos permite entender los textos en relación con su contexto de producción, como un producto de un espacio y un tiempo determinados y poder expandir nuestros horizontes de sentido. En definitiva, la crítica nos acompaña en el proceso de convertirnos en lectores activos y emancipados y de complejizar nuestras lecturas de la ficción y la realidad.

Así como hay un canon de infaltables en la ficción argentina, también lo hay para ese género tan específico y tal vez menos leído que es la crítica literaria. En nuestro país, existe una larga tradición de críticos y críticas que han transformado la escena latinoamericana cuyos nombres no solo resuenan en las universidades: Beatriz Sarlo, Alan Pauls, Sylvia Molloy, Ricardo Piglia o Noé Jitrik son algunos de los que vienen a la mente cuando mencionamos a autores como Borges, Arlt, Walsh o Saer. Pero nos olvidamos de uno, el infaltable y no menos polémico David Viñas.

La editorial Fondo de Cultura Económica acaba de publicar Trastornos en la sobremesa literaria, textos críticos dispersos de David Viñas, con una selección y curaduría de Marcos Zangrandi, investigador y docente. Viñas fue un narrador, dramaturgo, crítico literario y docente argentino cuya figura es esencial para pensar la historia de la crítica del siglo XX y el rol del intelectual en la escena pública y este libro compila 51 textos críticos esenciales publicados en diarios y revistas de Argentina, México, Perú, España y Francia entre 1974 y 2008.

Como datos biográficos, mencionaremos algunos que resultan relevantes para entender su obra como lo es su exilio a Europa tras el golpe de Estado en nuestro país en 1976 y su participación del denominado grupo Contorno.

La revista Contorno, fundada por su hermano Ismael Viñas en 1953 y de fuerte filiación marxista, nucleó los principales debates y preocupaciones literarias de la época y su relación con la política. No por nada el crítico Rodríguez Monegal denominó “parricidas” a quienes escribían y dirigían la revista, término que luego se extrapoló y se utilizó para denominar a toda una generación de escritores y críticos.

Parricida es aquel que mata a un pariente próximo, usualmente al padre o madre, y estos parricidas de la generación del 50 entre los cuales se encontraba Viñas, entendieron que la transformación y revolución literaria comenzaba con el asesinato de los padres, de la tradición, de ese canon indiscutible e intocable que conformaba, y todavía conforma, la literatura argentina del sigo XX. Fue por eso que no les tembló el pulso para hablar de Mujica Lainez, para discutir el lugar de Jorge Luis Borges o para criticar a Eduardo Mallea. Si hay algo que caracterizó la escritura del grupo fue la necesidad de discutir sin tapujos el uso de un discurso afilado y honesto, y sobre todo, el deseo por polemizar con lo supuestamente intocable.

Viñas, como buen intelectual argentino de izquierda, nunca dejó de preguntarse por la relación compleja y siempre en conflicto entre la política y la literatura, y por el rol que debía cumplir el intelectual. No es casual que su libro más importante, publicado en 1964 y actualmente considerado un clásico de la teoría literaria argentina, se llame Literatura argentina y realidad política.

«Literatura argentina y realidad política», el libro canónico de Viñas.

Todas estas inquietudes pueden verse a la perfección en la selección de Trastornos en la sobremesa literaria. El libro está dividido en tres partes: Transversales, Enfoques y Anatomías y es gracias a este muy acertado orden que podemos entender, o tratar de entender, las problemáticas y debates que más interesaron a Viñas a lo largo de su prolífica carrera.

El primer eje reúne los escritos en donde Viñas produce aparatos de lectura, es decir, en donde genera sus propias interpretaciones sobre temas varios (Buenos Aires, la modernidad, las vanguardias, los jacobinos) y establece relaciones entre la literatura y la actualidad del momento además de producir interpretaciones fructíferas y polemizar sobre el mundo que lo rodea.

La segunda parte, Enfoques, recorre artículos publicados sobre los autores que probablemente más interesaron al crítico: Sarmiento, Mansilla, Lugones, Arlt, Borges y por supuesto, Walsh, autor que destacó durante toda su carrera como el ejemplo de escritor comprometido. El último subtema de esta selección es El continente, donde se corre de lo exclusivamente nacional y dedica algunos ensayos a escritores como Onetti o Lezama Lima.

La revista Contorno, fundada por el hermano de Viñas, fue uno de sus bastiones para expresar sus ideas.La revista Contorno, fundada por el hermano de Viñas, fue uno de sus bastiones para expresar sus ideas.

Por último, la tercera y última sección llamada Anatomías, en palabras de Zangrandi -quien realizó la selección y el prólogo-, “compila algunos de los textos en los que Viñas reflexiona sobre la figura del intelectual y sobre algunos modelos en torno a los cuales piensa en su propia trayectoria como escritor y como crítico”. Desarrolla así su teoría sobre qué escritores produjeron escritos transformadores que cambiaron de alguna manera la realidad y quiénes no reconocieron en la literatura su enorme potencial político.

Algo que debe tenerse en cuenta antes de ingresar a estos textos, que suele decirse sobre Viñas casi como una suerte de aviso, es que su escritura no es sencilla. Aunque hay algunos ensayos más accesibles que otros, lejos está de la escritura que busca simplificar los conceptos para que estos lleguen a un público amplísimo. Sin embargo, a veces es cuestión de acostumbrarse a su escritura excesiva, a sus párrafos largos y puntuación por momentos dudosa, a las palabras que emanan pomposidad o, en otras palabras, a su estilo barroco.

Nuevamente, desde su escritura Viñas parece defender su estilo de evitar la tibieza y los puntos medios: el exceso de su escritura es el exceso de sus opiniones y de su aparato de lectura, como también lo será la sensación de atracción o rechazo que probablemente producirá en los lectores. De ahí la necesidad de estas publicaciones que nos permiten ingresar a autores esenciales de una manera ordenada y que, idealmente, hará que no abandonemos la lectura en el primer párrafo.

Leer a David Viñas es leer una época, es entrar en el complejo entramado entre literatura, política y crítica literaria, es conocer a un excelente teórico que se guía ante todo por sus convicciones, capaz de relacionar texto y contexto a la perfección, que no le teme a ser políticamente incorrecto y que ante todo abrirá nuevas puertas para seguir pensando y repensando la literatura. Ese es el poder de la teoría literaria, y es y seguirá siendo el poder de los escritos de Viñas.

Fuente: Infobae
Por Anabella Macri Markov

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