Elvira Orphée
En los años 60 y 70 tres escritoras eran bests sellers: Silvina Bullrich, Beatriz Guido y Marta Lynch. Cincuenta años después están casi olvidadas, mientras que otras tres escritoras entonces consideradas “escritoras para escritores”, con poquísimos lectores, hoy se consideran cardinales: Silvina Ocampo, Sara Gallardo y Elvira Orphée. La tucumana Orphée (1922-2018) elogiada desde su primer cuento, aparecido en la revista Sur, por su densidad poética, algo que reafirmó luego en sus siete novelas y tres libros de cuentos. Viajó a París donde fue lectora de Gallimard, y llevó al francés obras de Rulfo y Lispector.
Allí se reencontró con el pintor y diplomático Miguel Ocampo (primo de Victoria y Silvina) con quien se casó y pasaron a vivir en Roma, sin sus amigos Calvino, Moravia y Morante. Las obras de Orphée son calificadas de extrañas y magistrales. Las ahora recuperadas suman a la calidad de su prosa la denuncia de lo oprobioso, algo sorprendente en quien que, tras la críticas a su novela “Uno”, decidió no meterse más en temas políticos.
Tanto “Aire tan dulce” como “La última conquista de El Ángel” son obras políticas. En “Aire tan dulce” a través de la conciencia de tres personajes denuncia el chato universo provinciano, donde es natural la mentira, el engaño, la falsedad, las prohibiciones y sometimientos. En “La última conquista de El ángel” (1977), da un paso más, cuenta desde la mente de un torturador su trabajo y el grupo que lo rodea concluyendo en la locura final de quién se creía poderoso y pierde la contención del poder. Es considerada una de las mejores novelas sobre la dictadura, si bien fue escrita premonitoriamente cuando ésta aún no había tomado el gobierno.
Fuente: Ámbito
Por Máximo Soto