La pregunta por la literatura es una que desvela, en términos modernos, a los teóricos del último siglo y medio. ¿Qué es lo estrictamente literario? ¿Dónde se traza la línea divisoria entre un simple texto y lo que alcanza ese otro estatus, supuestamente más prestigioso?
En ¿A qué llamamos literatura? Todas las preguntas y algunas respuestas, un equipo dirigido por José Luis de Diego aborda ese interrogante cumpliendo la premisa del subtítulo. Los artículos del volumen son de comprensión meridiana y una perfecta introducción a un dilema siempre en movimiento.
En el primer capítulo, el propio director pasa revista a las diversos abordajes: la teoría de la ficcionalidad, la teoría del extrañamiento de los formalistas rusos, la teoría del desvío (que se propone definir a la literatura según el uso que hace de la lengua) y las teorías relacionales (que consideran que el concepto de literatura varía según las épocas).
En “¿Cómo clasificamos las obras literarias?” se explora cómo se construyeron los géneros clásicos al último siglo, cuando aquella vieja idea de género fue trastocada (aunque en parte persista) por muchas y nuevas cuestiones formales. El resto de los capítulos tratan con minucia de los modos en que se representan los “mundos posibles”, cómo y por qué se valoran las obras literarias, el modo en que leemos literatura (que implica una historia de la lectura), cómo se integra la literatura a la vida social y cómo se relaciona la literatura con los conflictos culturales (donde para estudiar el caso del colonianismo se aborda a Joseph Conrad y J.M. Coetzee). Un libro amplio y clarificador.
Fuente: La Nación
Por Marcelo Sabatino