Los libros de Eduardo Berti (Buenos Aires, 1964) tienen diversas vertientes: hay entre ellos novelas tradicionales, exploraciones autobiográficas (Un padre extranjero) y una serie de libros deliberadamente lúdicos como Método fácil y rápido para ser lector que, contra lo que podría indicar el título, no es una guía convencional de títulos y fórmulas de lectura acelerada.
Miembro de Oulipo, la escuela francesa que hizo de los procedimientos el principio constructivo de sus textos, en Método fácil y rápido… Berti propone en realidad una forma transversal de acercarse a los libros. Son textos breves en que el azar deviene táctica lectora. Las propuestas son de lo más variadas. Por ejemplo: buscar dos cuentos que se llamen igual (“Los amigos”, el de Dino Buzzati y el de Julio Cortázar; “El padre”, el de Björnstjerne Björson y el de Guy de Maupassant), y hacer una lista con las diferencias o los parecidos. O: abrir por cualquier lado un ejemplar que se haya disfrutado años antes, y leer solo la página que marque la suerte. También los hay más dislocados: como jugar a los dados, como en una rayuela, la página por la que iniciar el libro y después leerlo hasta el final, para retomar por el principio. Más complejos y cercanos a la escritura resultan los juegos con los subrayados o la anotación de las cosas que una novela no incluye. Son 142 entradas, todas con un recurso original.
Método fácil y rápido… es sobre todo una invitación a desacralizar la lectura, pensarla de manera lateral, volverla activa. En ese sentido va más allá de lo que anuncia: los consejos son una invitación a crear con otros.
Fuente: La Nación
Por Eduardo Lamarche