El novelista, el lector que se convirtió en una suerte de guía para otros lectores, el crítico, el editor, el que intentaba abordar la relación entre los intelectuales y la militancia de los ‘60 y ‘70, el que participaba con sus artículos de la época de oro de las revistas culturales argentinas, el que enseñó a Borges por televisión, el teórico implacable, el docente universitario. Ricardo Piglia (1941-2017) es una figura central para la literatura en idioma español y, por la potencia de su lectura y de su escritura, sus múltiples facetas parecen seguir proyectándose hasta la actualidad.
En los últimos días, tres novedades editoriales bien diversas vuelven a traer el nombre de este escritor argentino a escena. Desde la editorial chilena Ediciones Diego Portales, con distribución en Argentina, se lanzó Ricardo Piglia a la intemperie, un retrato exhaustivo que realiza Mauro Libertella del autor de Respiración artificial. A la vez, Siglo XXI editores publicó este mes Ricardo Piglia. Introducción general a la crítica de mí mismo, una serie de entrevistas informales y a la vez muy reveladoras que tiene con Horacio Tarcus y Ana Longoni durante una serie de visitas que Piglia realiza al Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDinCi) a finales de los ‘90 y comienzos de los 2000. Casi en simultáneo, también llegó a las librerías recientemente Trece prólogos, un libro editado por Fondo de Cultura Económica que reúne los textos que Piglia escribió como introducción a la Serie del Recienvenido, una colección muy destacada que él mismo dirigió en esa editorial entre los años 2011 y 2015.
A continuación, un repaso por las tres publicaciones.
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3. Trece prólogos, de Ricardo Piglia. Entre 2011 y 2015, Ricardo Piglia dirigió en la editorial Fondo de Cultura Económica una colección de literatura argentina llamada Serie del recienvenido. A cada una de esas trece publicaciones, que seleccionó y eligió con dedicación, Piglia les escribió prólogos, que ahora forman parte de este libro.
Tal como destaca Aníbal Jarkowski en su introducción a Trece prólogos, “los libros que integraron la serie no pertenecían a un mismo género; tampoco los reunía una coincidencia temática, estética ni ideológica, sino que resultó de la aplicación del gusto personal de Piglia. Se trata de libros apenas emparejados por el hecho de que fueron escritos por autoras y autores argentinos y publicados por primera vez en la segunda mitad del siglo XX. Siendo libros diversos en sus formas, sus estilos, sus temas, sus historias, sus géneros, la memoria de Piglia los reúne”.
Los prólogos reunidos son los que salieron en las ediciones que Fondo de Cultura Económica publicó de los libros En breve cárcel, de Silvia Molloy; Nanina, de Germán García, El mal menor, de C.E. Feiling, Minga!, de Jorge Di Paola; Hombre en la orilla, de Miguel Briante; La educación sentimental de la señorita Sonia, de Susana Constante; Gente que baila, de Norberto Soares; La muerte baja en el ascensor, de María Angélica Bosco, ¡Cavernícolas!, de Héctor Libertella; Río de las congojas, de Libertad Demitrópulos; Vudú urbano, de Edgardo Cozanisky y Cuentos completos, de Ezequiel Martínez Estrada.
Volver ahora al listado de textos y autores elegidos y repasar las palabras que les dedicó a cada uno de ellos sirve como ejercicio para aproximarse al Piglia lector y a sus intereses recurrentes. Como señala Jarkowski en su introducción, este libro “funciona como un breviario, un compendio de ideas sobre temas a los que Piglia dedicó una atención tan extensa como intensa”. Entre otras, según el crítico, “las estrategias que sigue una narración”, “la estructura que sostiene el desarrollo de un relato” y “la naturaleza de la ficción”.
Fuente: el Diario AR
Por Agustina Larrea