Sara Gallardo: la excluyeron del panteón de escritoras por disruptiva, sarcástica e irreverente, y por todo eso ahora es de culto

febrero, 2023
Se acaba de editar “Vivir de viaje”, que compila las crónicas en las que contó el mundo y la Argentina en columnas semanales. Nació con privilegios pero no dudó en cuestionarlos.

De Sara Gallardo probablemente sepamos que perteneció a un linaje inundado de grandes nombres tanto del lado materno como paterno: fue tataranieta de Bartolomé Mitre, bisnieta de Miguel Cané y nieta de Ángel Gallardo y aunque sean datos meramente anecdóticos, nos habla de las influencias a las que ha estado expuesta desde su nacimiento.

Con tan solo 17 años ya conocía Europa, desde muy pequeña pudo acceder a grandes bibliotecas familiares y a piezas literarias clásicas y desde muy joven comenzó a colaborar en el diario La Nación. Los privilegios no escaseaban. Sin embargo, con todo el peso del linaje de próceres, escritores y científicos, que es también el peso de la tradición, Sara Gallardo decidió hacer algo más: encontrar su propia voz y producir un material disruptivo, osado y honesto.

Gallardo fue escritora de novelas como Enero (1958) donde se narra un embarazo adolescente producto de una violación, Pantalones azules (1963) que retrata a un personaje antisemita y machista, Los galgos, los galgos (1968) protagonizado por el campo argentino y el duelo, un volumen de cuentos titulado El país del humo, y también se ha destacado por su labor periodística en diarios como La Nación y revistas como Confirmado, Atlántida y Primera Plana, entre otras.

Tal vez no fue de las escritoras más canónicas y su nombre no haya resonado como los best-sellers de la época de Silvina Bullrich, Marta Lynch Beatriz Guido pero actualmente las recientes reediciones de sus novelas y la compilación de sus notas periodísticas nos permiten acceder a sus escritos con mayor facilidad.

Su trabajo periodístico ha sido compilado, publicado y por ende visibilizado en gran parte gracias a la ardua tarea de Lucía de Leone, doctora, investigadora y docente de la Universidad de Buenos Aires, quien estuvo a cargo de los tomos Macaneos (2016), Los oficios (2018) y más recientemente Vivir de viaje (2022).

Esta última publicación de textos reunidos, editada por Fondo de Cultura Económica, se concentra sobre todo en las columnas que Sara escribía en Confirmado, una revista semanal creada en 1965 por Jacobo Timerman (quien también fundó Primera Plana y el diario La Opinión) cuyo objetivo era “presentar, sin escamoteos ni subterfugios, toda la dinámica actual del mundo contemporáneo”.

Es decir, buscaba analizar los acontecimientos mundiales y nacionales para los hombres interesados en la política y la economía. El uso del masculino no es inocente en este caso ya que la revista estaba orientada hacia los ejecutivos de la época, con hombres en las portadas y voces mayormente masculinas. Podría pensarse como una de esas revistas hechas por y para hombres. Y en el medio, estaba Sara Gallardo con su columna semanal.

Entonces, ¿qué hacía Gallardo en Confirmado? El tono de la escritora no desentonaba con la revista porque lejos de ser lo que típicamente se esperaría de una columna femenina de la época (escribir sobre cómo ser una buena esposa o de belleza con un tono polite y una escritura prolija y complaciente), sus escritos irradiaban irreverencia, sarcasmo, humor e insolencia.

Se burlaba de su propia clase, del oficio de periodista y representaba lo que De Leone llama “una periodista desinformada” cuando hablaba sin saber y se reía de ella misma. Aún así, no ser una fuente confiable de información en el sentido del periodismo clásico es tal vez lo que hace de sus columnas un espacio tan disfrutable.

Con una mezcla de recursos de la ficción y del periodismo, sabía a la perfección cómo construir personajes y lugares, crear tonos y ambientes, mantener al lector intrigado y a la vez reflexionar sobre temáticas de la actualidad con una honestidad brutal, todas características de una excelente cronista.

En Vivir de viaje se compilan sus notas relacionadas a sus viajes y al acto mismo de viajar. Perteneciente a la élite criolla, Gallardo puede darse el lujo del viaje desde joven, rasgo que la vuelve una “mujer de mundo” que ha visto mucho en poco tiempo. El libro se divide en cuatro partes: “Tretas para viajar”, “Desde Europa”, “Por América” y “En Argentina”, en las cuales no busca hacer un resumen de un viaje o una guía turística, sino más bien lo contrario, da una mirada completamente subjetiva, imparcial y personal, y es allí donde se nota la importancia de esa voz propia: “¿Y sobre qué va a escribir? – Sobre lo que a nadie le interesa, que es lo único que a mí me interesa”. Estos viajes son tanto físicos como mentales, y afirman la posición de Gallardo como alguien en tránsito constante.

La primera parte, “Tretas para viajar”, está compuesta por columnas publicadas en Claridad entre 1967 y 1972 en donde se reflexiona sobre el viaje en sí mismo, el trayecto hasta el destino, el acto de viajar. Con títulos como “Cómo viajar hacia el mar en autobús”, “Cómo ser un viajero elegante” y “La ridiculez de ser turista en el más allá”, escribe breves crónicas de sus propias experiencias como viajera y sus pensamientos.

Allí compone una suerte de “perfil del viajero”, describe las mañas, las obsesiones y las gracias de los sujetos con los que se cruza, se desespera al escuchar ridículas conversaciones ajenas en un micro, o se indigna con quien regresa de un viaje y cuenta interminables anécdotas inentendibles de sitios visitados.

Cada columna está escrita con un sentido del humor ácido y un sarcasmo que vuelven la lectura llevadera y disfrutable. Al haber sido una columna semanal, hay un sentido de continuidad, una intención de conectar con un lector que leerá la revista la semana siguiente, y Gallardo sabe crear este vínculo de confianza a la perfección al interpelarlo de manera directa: “Confiesen. Esperaron con ansiedad los consejos para el viajero snob. ¿No? Voy a llorar”. Este lector es su lector semanal, y la cercanía se construye al instante.

Manuel Mujica LáinezManuel Mujica Láinez, el autor en cuya casa cordobesa vivió Gallardo tras la muerte de su segundo marido.

En “Desde Europa”, la sección que recopila las notas publicadas en su gran mayoría en La Nación, salvo alguna excepción de alguna nota para Atlántida o Confirmado, recorre países como Inglaterra, Alemania, Francia o Israel entre otros y es donde se evidencia la importancia que tiene para Gallardo el intercambio con el otro.

Una gran figura del viaje es ese encuentro con el otro extranjero, con la cultura desconocida, con el territorio ajeno, y cómo a partir de estos elementos ocurre el encuentro con el yo. Esta sección la sitúa como una gran y excelente observadora que captura fotografías de la época con su escritura. ¿Cómo se viste la gente?, ¿cómo son las calles? Allí incluye varias transcripciones de artículos, diarios y conversaciones, para informar al lector y poder acercarle lo desconocido, una cultura extraña y una realidad de época.

En “Por América”, la ciudad de Nueva York se posiciona en el centro de la escena. Esa Nueva York de fines de los 60, efervescente y atractiva. Aún así, una vez más la periodista logra alejarse, ver con distancia y ojos críticos el territorio y no se deja obnubilar por las luces de la bohemia del Village y el humo de las calles.

Más bien se acerca a la figura de la anti-turista al criticar el capitalismo que inunda las calles, el desprecio por la vejez en esta “cultura de la eficacia”, el “puritanismo de los pueblos rubios” que se avergüenzan al hablar de sexo, y la hipocresía de la llamada bohemia. Sara se aleja y no compra la fantasía que las ciudades construyen para vender pasajes de avión; más bien construye la propia.

Por último, en “En Argentina” vuelve al territorio familiar: desde San telmo y un recorrido por sus calles, una crónica de “La noche porteña”, pasando a San Isidro y el Tigre, yendo hacia Salta y Tucumán para llegar al Sur y luego finalizar su recorrido en la casa de Manuel Mujica Lainez en La Cumbre, donde luego se instalaría tras la muerte de su segundo marido en 1975. Gallardo quiere recorrerlo todo y se consagra en esta última sección como una trotamundos que no dejará un espacio sin recorrer, y sin reseñar, ya que el lector, que para entonces ya se ha acostumbrado al tono jocoso y ácido, añorará cada opinión y cada chiste de su recorrido.

Sara Gallardo no fue una autora extremadamente conocida en su época, tal vez hoy en día algunos hayan escuchado su nombre o hayan conocido una o dos novelas, pero compilaciones como estas nos hacen conocer o revisitar el recorrido de una autora argentina con una voz singular e irrepetible en nuestro periodismo y literatura, además de permitirnos el placer de poder viajar, por un rato, a su lado.

Sara GallardoSara Gallardo tenía una columna muy particular en la revista «Confirmado»

“Vivir de viaje” (fragmento)

Rumbo a Alemania

Sentado a mi lado en el avión que me lleva a Alemania va un estudiante chilenogermano que me habla sin cesar. Vuelve a Alemania a buscar a su mujer. De cuando en cuando dejo de escucharlo para pensar en mis cosas. Para pensar, por ejemplo, en este país al que voy a llegar dentro de pocas horas.

En realidad pienso que es el más misterioso de los países. Más misterioso todavía que la India con su famoso misterio. Ninguna nación ha convivido más íntimamente con el genio. Ninguna ha llegado a tal excelsitud en el horror. No sé cuál será la experiencia de usted que está leyendo. Pero, según la mía, la gente se divide en dos clases de fanáticos: los pro Alemania. Los ante Alemania. Yo… voy a ver.

El estudiante, mientras, sigue habla que te habla. Era pro y se ha vuelto anti. Mientras lo escucho bebo un vino del Rin que volvería germanófilo al más remiso. Pero él es abstemio…

Ya van a ver… -me dice-. Mi uno de nosotros, sudamericanos, puede vivir allí. ¡El dinero! ¡El dinero! Esa gente no sabe aceptar un favor: quieren pagarlo, de cauqluier modo, con una cerveza, con un cigarrillo. ¡Y hablando de cigarrillos! ¿Qué le parece eso de convidar a alguien a fumar, que acepte y se guarde el cigarrilo para más tarde? No, no. ¡Y yo que fui tan ilusionado! Lo único que les importa es el dinero… No sueñe con que nunca le presten nada…

Quién fue Sara Gallardo

♦ Nació en 1931 en Buenos Aires y murió en 1988 en la misma ciudad.

♦ Fue escritora y periodista.

♦ Entre sus libros se cuentan Enero, Pantalones azules y Los galgos, los galgos.

Fuente: Infobae
Por Anabella Macri Markov

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