Fuente: Diario con vos
Autora: Delfina Tremouilleres
CrESI, Cuídalos e Identitic son tres de esos casos. Son apps para aprender sobre educación sexual integral, ayudar a adultos mayores y garantizar una plataforma completa para la escuela online. Sus creadores pensaron y desarrollaron estas ideas entre los 14 y los 17 años.
Los chicos preguntan contra los tabués de la sexualidad
En 2015 Jorge Mendoza y otro grupo de chicos del Colegio Mano Amiga Santa María del Pilar conocieron dos casos de embarazo temprano en su escuela y quisieron hacer algo frente a eso. Tenían conocimientos en programación y notaban que no había planes de enseñanza de educación sexual integral pensados para adolescentes.
“Empezamos a buscar cuáles eran las problemáticas que tenían impacto en la sociedad, y en el caso de la ESI la información era muy poca y no se explicaba de tal forma que los chicos perdieran el tabú. El Estado iba de vez en cuando a pocas escuelas, sin mucha empatía y daba el tema así nomás. Con una aplicación podíamos llegar más a los chicos porque aprendían jugando”, contó Mendoza a Diario Con Vos.
Así surgió CrESI -la combinación de crecer y ESI-, una app pensada como herramienta para docentes en la que hay una ruleta con seis secciones y diversas preguntas. Las primeras inquietudes nacieron de los propios alumnos. Los creadores de la aplicación invitaron a toda su escuela a que dejaran en un buzón las dudas que tuvieran sobre la temática. Después lo ampliaron a otras instituciones: cuando iban a dar charlas, les pedían a los oyentes que escribieran sus preguntas. En conjunto con profesionales especializados armaron las respuestas y se concretó el juego.
De tomar lista más rápido a una empresa de ocho jóvenes
Identitic, el proyecto de Gonzalo Waisman para crear una plataforma idónea para la escuela virtual, nació de una manera similar. Cuando tenía 15 años y la pandemia no era ni siquiera una posibilidad, pensó que no tenía sentido que su docente tardara tanto en tomar lista. Con esa punta empezó a diseñar una aplicación que resolviera de manera digital los problemas burocráticos de los colegios y a los 16 la concretó. La interfaz se fue ampliando y ahora permite tomar asistencia, enviar notas, gestionar clases y programar el calendario académico. De esta manera, un proyecto escolar se convirtió en una empresa dirigida por ocho jóvenes que es contratada por instituciones y gobiernos, como las municipalidades de Puerto Madryn, Lanús y Tres de Febrero.
“Nuestro sueño mayor es lograr a través de la tecnología la igualdad en el acceso a la educación. Desde que el proyecto era un trabajo práctico de secundaria nuestra filosofía es poner el impacto social por encima del beneficio económico y dar a entender que somos un proyecto ideado por alumnos para alumnos”, dijo Waisman.
En ese sentido, cuando se anunciaron nueve días de confinamiento estricto en mayo, uno de los chicos que trabaja en Identitic twitteó que quienes lo necesitaran les pidieran la plataforma de manera gratuita para poder continuar sus clases. Gracias a eso se contactaron diez colegios públicos y privados de todo el país a los que pudieron ayudar.
En ambos casos las propuestas surgieron en las escuelas. Por eso cada vez aparecen más iniciativas para que la programación sea un eje primordial en la educación secundaria.
A nivel estatal, en 2018 el Consejo Federal de Educación acordó “Núcleos de Aprendizaje Prioritarios para Educación Digital, Programación y Robótica”. Además, en el 2020 se lanzó el Plan Argentina Programa, que ofrece capacitación gratuita en la materia a los jóvenes que queden seleccionados.
Un programador de 8 años
Christopher Louis Chancé comenzó todavía más temprano. A los 8 años, por curiosidad y sin saber del todo qué estaba haciendo, empezó a indagar en el mundo de la programación. Luego se fue profesionalizando y creó su propia empresa, “DataXype”, para desarrollar aplicaciones y plataformas que ayudaran a distintas personas de alguna manera.
El primer proyecto que concretó fue Cuídalos, una app gratuita para darle seguridad a los adultos mayores. Tiene cuatro funciones que el usuario puede presionar: emergencia, pérdida, caída y ficha médica. Según el caso, a través del software toman datos como la ubicación de la persona y se la envían al contacto de emergencia del adulto configurado en la app.
“Nosotros apuntamos a la simplicidad para el adulto mayor. Yo digo que mi abuela es la cofundadora, porque me senté con ella a ver qué podía necesitar e hicimos una lluvia de ideas. Siempre pensé que era un superpoder saber hacer esto, así que siempre quise tener un proyecto relacionado al tema. No sé si cambiar el mundo de la noche a la mañana, pero por lo menos aportar un pequeño cambio: muchos juntos hacen un gran cambio”, señaló Chancé, de 17 años.
La mirada profesional
Roxana Morduchowicz es doctora en Comunicación por la Universidad de París, asesora de la UNESCO en Ciudadanía Digital y autora del libro Adolescentes, participación y ciudadanía digital. Allí hizo encuestas a alrededor de 2.000 chicos en Internet para analizar las valoraciones y usos que hacían los jóvenes de ese medio.
“Los chicos valoran Internet como espacio de participación y como un medio para resolver problemas de la escuela y la comunidad. Ahora, ¿lo usan para eso? En general, en esta muestra, los usos no son tan masivos”, explica y agrega: “Participar es toda acción con otros para solucionar o para generar transformación ante un problema de la comunidad. Tiene que ver con pensar en esas problemáticas y querer transformarlo”.
En ese sentido entiende que estos tres casos son ejemplos de participación y señala: “Tiene que haber, como en estas propuestas, una identificación con lo público y un compromiso con la comunidad”.
En pos de encontrar respuestas para sus problemas, estos jóvenes toman las herramientas del futuro para crear soluciones a su medida que, además, les permitan concretar proyectos laborales más ambiciosos.