Fuente: La Nacion
Autora: Natalia Blanc
Esta noche es una de las más esperadas para las chicas y los chicos que disfrutan del ritual de la visita anunciada de los Reyes Magos. Claro que Melchor, Gaspar y Baltasar, además de juegos, accesorios tecnológicos y juguetes, pueden sorprender a los pequeños lectores con libros ilustrados de grandes autores nacionales y extranjeros. A continuación, una guía con diez opciones para distintas edades, estilos y preferencias que cuestan entre 800 y 2700 pesos.
Una fábula moderna
El destino de Fausto, de Oliver Jeffers (Fondo de Cultura Económica; $2700). “Había una vez un hombre que se creía dueño de todo, así que salió a buscar lo que era suyo”: así empieza esta “fábula ilustrada” creada por el autor australiano. Con frases breves y contundentes, que en algunas escenas toman forma de diálogo, Jeffers presenta un personaje particular: Fausto, un señor pelado y con bigotes que usa traje y corbata marrón y tiene cara de enojado. Serio y desafiante, el personaje está convencido de que todo, hasta lo que proviene de la naturaleza, es suyo. Pero un día se enfrenta con el mar, que le marca su destino. Una historia ácida, con toques de humor, para lectores que disfrutan de las narraciones con imágenes.
Para adolescentes tecno
The game, de Alessandro Baricco (Gribaudo; $2320). El escritor italiano se enfoca en la revolución cultural (y mental) que generan las nuevas tecnologías de comunicación en este excepcional libro que firma junto con la autora y guionista Sara Beltrame y el diseñador e ilustrador Tommaso Vidus Rosin. A partir del subtítulo “Historias del mundo digital para jóvenes aventureros”, Baricco plantea a los lectores que es necesario tener un mapa del lugar que queremos conocer porque, con ese recurso, “siempre estarás a salvo”. Y eso es lo que se propuso: diseñar, bosquejar, crear un mapa del mundo digital: “Un mapa apto para las manos menudas de los más pequeños”, según explica el autor de Seda.
Un monstruo goloso
Miedoso, de Pablo Bernasconi (Sudamericana; $1199). “Para Nina, minina. Porque no hay más valiente / rugido en el mundo / que el canto rotundo / del miedo ausente”, dice el autor e ilustrador en la dedicatoria a su hija Nina, que tiene diabetes infantil. Sin nombrar la enfermedad de manera directa, Bernasconi ofrece un cuento ilustrado sobre los monstruos y los miedos que combina ternura y humor en dosis perfectas. El monstruo enorme que vive debajo de la cama de Nina tiene un cuerpo extraño formado por partes de varios animales y solo come cosas dulces. “Tiene olor a caramelo de anís y pizarrón, y cada doce minutos se tira estruendosas pedorretas que suenan como corneta de bici”, describe el narrador. Al final, Bernasconi ofrece a los lectores una página en blanco y los invita a dibujar su miedo y transformarlo en otra cosa. “El monstruo sigue ahí, pero ahora sabe que puede ser vencido”.
Humor felino y absurdo
Las novedades de mi gato, de Gilles Bachelet (Calibroscopio; $1450). El autor de Mi gato, el más bestia del mundo (publicado en el país por la misma editorial) ofrece un segundo capítulo de esa historia delirante protagonizada por una mascota con problemitas de identidad. Esta vez, el narrador y su mejor amigo se mudan a una casa más grande, del tamaño del animal en cuestión. Todo va muy bien: el “gato” hace las travesuras habituales hasta que se enamora. No se pierdan el bonus track con todos los libros sobre “Mi gato” que no se publicarán. Uno se titula: “Mi gato en el psicoanalista”.
Un poema conmovedor
Formas de ver, de Liliana Bodoc y Nadia Romero Marchesini (Pez Menta; $1200). “Le debo este poema a la dulzura de mi abuelo”, se lee en el inicio de este libro que presenta un texto inédito de la autora de la Saga de los confines, fallecida en febrero de 2018. Con ilustraciones de Romero Marchesini, el poema habla sobre el vínculo entre una nieta y su abuelo, “que tiene tres pares de anteojos”. Unos son para mirar, otros para ver y los otros, para contemplar. Un libro álbum bellísimo y conmovedor para coleccionar.
Escenas de la vida cotidiana
Roberto & Gelatina, de Albertine y Germano Zullo (Limonero; $ 2000). “Un cuento grande para grandes”, dice en la tapa del último libro de los Zullo, autores del magnífico Mi pequeño. Y tienen razón: la situación que vive Roberto, que intenta trabajar (escribir una novela, en su caso) mientras un niño demanda atención es un gran problema de grandes. “¡Trobeeeetooo!”, le grita Gelatina a cada rato. Lo interrumpe tanto que Roberto decide dejar de trabajar por un momento para leerle su cuento favorito. “¡Iupi!”, celebra el pequeño. Pero, como suele suceder, después de un cuento tiene que venir otro y otro más. Entonces, Gelatina se propone inventar su propio cuento para grandes. Y ahí empieza una historia fantástica, ilustrada con más colores que la simple y delicada paleta inicial formada solo de rojo, azul, blanco y negro. Aparece el verde, el naranja, el amarillo, el celeste. Y aparece, también, el delirio. Otro tesoro para sumar a la biblioteca familiar.
Para fanáticos del cómic
Flores salvajes, de Liniers (La Editorial Común; $1480). Dedicado a sus hijas, Matilda, Clementina y Emma, el último cómic del autor de Macanudo está protagonizado por tres chicas que viven una extraña aventura en una isla desierta. No tan desierta, en realidad, ya que está habitada por animales fantásticos como un enorme dragón y un mini gorila. En esa isla pasan cosas raras: cae nieve con sabor a pochoclo y hay flores exóticas que hablan. “Este libro nació con una foto que les saqué a mis hijas mientras miraban fascinadas la jungla en el Yucatán. En ese momento empecé a imaginar la historia”, dice Liniers, que completa con este libro la trilogía de historias en viñetas inspiradas en sus hijas.
Ideas delirantes
Formas diferentes de hacer las mismas cosas, de Nicolás Schuff y Mariana Ruiz Johnson (Tres tigres tristes; $1200). “Siempre hay formas diferentes de hacer las misas cosas. Depende de cada quién, de las ganas, del momento del día”: así empieza este libro original y divertido que propone distintos caminos para una misma acción. Por ejemplo, cuatro maneras de tomar helado (una es “frente al mar”), de viajar a la Luna, de tirarse al agua, de enojarse y hasta de aburrirse. Es un libro ideal para leer de atrás para adelante, de adelante para atrás o como cada lector quiera.
Para los más chiquitos
Manón, de Virginia Piñón (Gerbera; $830). Un nuevo libro ilustrado de la serie Nube de Algodón, con tipografía OpenDyslexic, para que lo puedan disfrutar los pequeños lectores con dislexia o problemas de visión. Manón es una gata bailarina que “a todo se anima”. Baila vals, rumba y hasta zumba. Es muy especial: tiene pelo verde, sabe tocar el piano y le gusta el rock and roll. Señores padres, señoras madres, tíos, tías, abuelas y abuelos: no se pierdan este librito precioso, ideal para leer con los más chiquitos en la cama.
Un dragón muy peculiar
Panlong, el dragón, de Maricel Santin y Natalia Ninomiya (Del Naranjo; $1050). “El abuelo de Alejo tiene muchos frascos. Y en ellos guarda las cosas necesarias: alcauciles en conserva, líquido para frenos, secretos, arandelas, jabón en polvo y algunas historias maravillosas. Hay uno que Alejo quiere especialmente. Es el que guarda el dragón”: así empieza esta historia maravillosa protagonizada por el dragón Panlong, que duerme adentro de un frasco con tapa roja, Jiang-Li, “la mujer más hermosa que el abuelo Pedro haya conocido”, Alejo y su abuelo. Un cuento mágico de la colección Luna de Azafrán. No se lo pierdan.