«¿Otra vez “los setenta”?», pensara algún lector o lectora desprevenido. Muchos años y mucha tinta han transcurrido, es cierto; sin embargo, no siempre eso ha redundado en una verdadera comprensión histórica de lo sucedido en esa década tan intensa. Sigue habiendo temas espinosos y polémicos, que requieren ser pensados y escritos con inteligencia, investigación, mesura y audacia al mismo tiempo. Todo eso es este libro del historiador Hernán Confino.
La Contraofensiva: el final de Montoneros es el primer trabajo que estudia en profundidad esa operación de retorno de la organización de Montoneros en 1979 y 1980. En ese episodio, los militantes que estaban en el exterior volvieron al país organizados militarmente con la idea de hacer atentados y enfrentar a la dictadura. La mayoría de ellos fueron asesinados y desaparecidos, víctimas de la represión más brutal, y la organización casi se diluyó en sus fracturas internas.
¿Militantes manipulados e ingenuos? ¿Jefes montoneros que los mandaron a morir? ¿Una organización delirante y asesina? ¿Militantes dispuestos a todo por resistir a la dictadura? Lejos de los lugares comunes de la memoria, lejos de la celebración o la condena, lejos del discurso sobre “la derrota”, este libro se pregunta serenamente sobre el por qué y el cómo de ese regreso al país en medio de una represión atroz y sabida.
Para resolver estas preguntas, el gran logro de Confino es hacer buena historia: es saber meterse en un tiempo y espacio distintos para entender a hombres y mujeres en sus lógicas y experiencias de época. En este caso, las experiencias de la militancia revolucionaria, de la persecución y represión dictatorial, y de una organización en medio de un exilio que resultaba insoportable para las convicciones y deseos de sus militantes. Así, el trabajo de comprensión histórica alcanza su mejor expresión cuando logra entender a los seres humanos en el marco de sus historias previas, sus circunstancias presentes y sus expectativas de futuro.
De la organización de Montoneros y sus reglas a las historias personales, de México al Líbano y del Líbano a Buenos Aires, el libro reconstruye ágilmente la historia de la Contraofensiva a partir de una gran cantidad de documentación y de decenas de entrevistas. El ritmo es sorprendente, pasando de las preguntas más complejas sobre la militancia de los años setenta a una reconstrucción totalmente cinematográfica de los intentos montoneros de asesinar a miembros de la conducción económica del gobierno dictatorial. ¡La buena historia también nos puede tener en vilo!
Confino analiza la Contraofensiva como una estrategia de Montoneros para volver al país y reinsertarse en la política nacional. El hallazgo del libro consiste justamente en entender ese proyecto, entender su sentido en el marco de la situación de exilio y de las dificultades para continuar una actividad política militante y revolucionaria fuera del país. Esa actividad no era un rasgo más en la vida de esas personas o del grupo, los constituía como sujetos y daba tono y sentido a la organización armada. Sin embargo, no por eso los militantes se dejaron arrastrar ciegamente por la conducción montonera, nos dice Confino. A veces participaron con profundo compromiso, a veces dijeron que no, a veces desobedecieron y hay tantas historias y explicaciones como militantes. El libro reconstruye esas trayectorias con sensibilidad y cuidado, pero también reconstruye las decisiones y lógicas de la dirección de Montoneros, entendiéndolas como parte de la experiencia y concepción política de la organización. También muestra que, más allá de los designios de la conducción, muchos militantes contribuyeron desde el exilio a la denuncia de las violaciones a los derechos humanos en la Argentina. Esa reconstrucción coral deja a la vista que la trayectoria de Montoneros fue cambiando al calor de la contingencia histórica, y no estuvo simplemente predeterminada por las armas o la violencia.
Libros como este nos ayudan a entender la historia de Montoneros, de las organizaciones armadas y de los años setenta, sin épica pero también sin estigma. Ayudan a entenderlos como parte de una historia, nuestra historia.