ISBN:
9789681652586
Nos dice el doctor Eliezer Braun en Arquitectura de sólidos y líquidos que en nuestra vida diaria escuchamos hablar de algunos ingenios producto de la más refinada tecnología moderna, como los transistores y los «chips» -módulos electrónicos integrados que constituyen uno de los componentes básicos de las computadoras-, construidos de silicio y germanio. De estas sustancias se menciona, incluso, sus características microscópicas, por ejemplo, que sus átomos están colocados de cierta forma. Ahora bien, si incluso con los microscopios más potentes resulta imposible la observación de átomos y moléculas, ¿cómo se sabe que poseen las características que se les atribuyen?
Los científicos, nos dice Braun, han realizado una tarea detectivesca, en el mejor estilo de Sherlock Holmes, para poder llegar a deducir las características microscópicas de los cuerpos. Y uno de los principales propósitos de este libro es hacer el relato de cómo ha sido posible determinar la estructura microscópica de varios tipos de sustancias que, como los criminales avezados, eluden a la simple investigación química la que, por otra parte, tiene la desventaja de destruir al objeto de su investigación.
Las técnicas de investigación han mejorado, por supuesto, y el doctor Braun nos habla de la forma como los rayos X se usan para determinar las estructuras microscópicas; para el mismo fin se emplean los rayos formados por haces de neutrones. Con estas, digamos, armas, se ha podido descubrir características diferentes de los movimientos que realizan las partículas microscópicas en el cristal, en los líquidos y, sorprendentemente, en sustancias amorfas, es decir, las que no tienen estructuras cristalina, como los vidrios. Con tales recursos a su disposición, los científicos han establecido una especie de «catálogo de huellas digitales» con el que pueden identificar numerosas estructuras de sustancias. Este tipo de identificación tiene muchas aplicaciones tanto científicas como industriales.