ISBN:
9789681631017
Con el tomo presente, que incluye las series de Marginalia y Las burlas veras, el Fondo de Cultura Económica reanuda la publicación de las Obras completas de Alfonso Reyes (1889-1959), como contribución a los festejos del primer centenario de su nacimiento.
Reyes cuidó la edición de los primeros doce volúmenes y Ernesto Mejía Sánchez, con devoción, proyectó y atendió la de nueve más. La intención actual es alcanzar el tomo XXV, y esta vez la tarea ha sido encomendada a José Luis Martínez, el notable investigador y estudioso de nuestras letras, quien ha recogido y revisado el material que se va a incluir en los tomos siguientes y no agotarán todo lo escrito por Reyes. Faltarán, por ejemplo, sus nutridos e importantes epistolarios que ya han ido publicándose por separado.
La abundancia que marca la obra de Reyes, un escritor de casi todas las horas, es resultado de su disciplina. Los cinco libros que forman este tomo: tres series de Marginalia, tres series de Las burlas veras, más artículos de sus últimos años que iniciaban el tercer ciento de ‘Burlas’ y textos sueltos e inéditos, fueron escritos en su mayoría entre 1946 y 1959.
Las Marginalia y Las burlas veras son como la respiración intelectual de Reyes, y el interés que producen nace del arte y encanto con que están registradas: la soltura, la densidad sin pesadez, la gracia, la sorpresa constante en la variedad de sus temas son la marca, el don de su pluma. Pueden encontrarse en estas colecciones ensayos de divulgación, monografías condensadas, el saludo a la obra o el recuerdo de escritores y artistas. Uno de los encantos de Reyes es su capacidad de pasar del cielo a la tierra, del rigor de la cultura al campo llano de las cuestiones humanas, como cuando en su Digresión sobre la compañera apunta que «la ortografía es la única superioridad mágica que el hombre posee sobre la mujer» o el proponer Edipo rey de Sófocles como el posible origen del género detectivesco.
Siempre se traduce en una satisfacción espiritual volver a Reyes. Admirar su percepción literaria que lo hace interesarse por Cavafis y la Yourcenar desde 1954 y, en especial, sorprende su limpieza de factura que lo lleva en menos de una página de uno de su últimos escritos, La basura, a crear una obra maestra de arte literario.
