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Diarios de viaje, de Bashô

Las lectoras de este grupo venían trabajando mucho el tema de su propia memoria, de su propia historia ligada muchas veces a los padres y emplazados en una ciudad, en un barrio popular, qué lugar tenían, cuánto se valoraban esos saberes y esa posibilidad de miradas. Las resonancias que hubo con los textos, en base a este diario, a este viaje de Bashô y esta sutileza en la mirada del haiku abrió una cantidad de cosas que fueron multiplicando capas de sentido de una manera tremendamente fértil, tremendamente bella. Estamos todos muy emocionados con lo que está sucediendo a partir de esa lectura amplia, que atraviesa el deseo, la necesidad de compartirlo con sus hijos, con sus nietos.

Carolina de la“Biblioteca Popular del Escaramujo”

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Este libro también lo pedimos nosotros y se lo prestamos a su vez a una amiga que vive cerca nuestro y ella lo está leyendo y va a venir a leer párrafos de ese libro. O sea que estamos abriendo el grupo a los visitantes con Diarios de viaje, de Bashô.       Ana de “Miremos juntos”

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“Los martes, orquídeas” compartió su experiencia con este libro en LOS CLUBES CUENTAN, pueden encontrar el relato aquí

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Como contaba Ana un poco antes, una amiga se llevó los Diarios de viaje, de Bashô. Aquí les compartimos la crónica que Marta (la vecina en cuestión) escribió respecto de esa experiencia de lectura:

“Los caminos de la felicidad tienen la brevedad del haiku. Abrir un libro de viaje de un poeta del siglo XVII nos pone ante la incrédula intensidad de lo desconocido. En este caso bastó un corto trecho para que Bashô nos confirmara la maravilla.

La palabra es poderosa y lo es aún más cuando, austera, se convierte en versos o en prosa poética capaz de movilizar nuestro interior sensible.

Presentar al poeta, ubicarlo en su época y en su país, un Japón para nosotros tan lejano como distinto, leer parte del prólogo donde nos explica el porqué y el cómo de un viaje despojado de equipaje y ego y lleno de hermosas experiencias que el poeta pone en palabras, obraron el milagro de acercarnos e igualarnos en la emoción y el goce. “Porque la voz narrativa de estos textos habla de algo vivo en cada línea, se refiere a lo que late, dentro de sí y en su entorno”.

Y ahí nos detenemos: en el latido. Primera parada para escucharnos, para decirnos y preguntarnos, en una palabra, para latir juntos. Y traer a la memoria a esa primera familia japonesa que llegó a nuestro pueblo con su oficio de tintoreros y que justo en ese momento un integrante del grupo asegura: “El papá escribía haikus en la pizarra de la tintorería, claro que con esos signos indescifrables”. ¡Asombro! De niños y jóvenes supimos entrar en ese comercio con la curiosidad de lo “distinto” y con el particular olor del solvente utilizado en el lavado en seco, entendiéndonos apenas en el costo a pagar, despidiéndonos con un saludo gestual y llevándonos la sonrisa del tintorero que continuaba planchando pantalones y sacos mientras su esposa se encargaba de la entrega. ¡Un tintorero que ahora sabemos poeta!

Segunda parada: Llega la leyenda de Urashima y acompañamos a Bashô hasta la casa de sus padres. La emoción y la tristeza hacen que abramos el estuche de joyas para cubrirnos de canas.

Si la tomo en mi mano
se derrite la escarcha de otoño
en ardientes lágrimas

Tercera parada: Escuchamos el párrafo sobre MIYAGINO donde vive un pintor llamado Kaemon, un hombre de espíritu artístico: “Era día de adornar aleros con hojas de lirios púrpuras” y Bashô resalta la sensibilidad estética del artista que los despide obsequiándoles sandalias de cordones azules.

Flores de lirio
para atarme los pies
¡cintas de mis sandalias!

También recordamos costumbres japonesas aprendidas en antiguas películas y surge el tema de la religión, en el caso que nos ocupa del Budismo y el Sintoísmo (religión animista). Investigamos y las principales creencias básicas del sintoísmo son: la importancia de la pureza, la armonía, el respeto por la naturaleza, el respeto familiar y la subordinación del individuo ante el grupo.

Los caminos de la belleza son infinitos y, a veces, se nos presenta en forma de un libro que abre puertas y ventanas para que el vuelo, personal y colectivo, no encuentre obstáculos.

Me llega este libro y este libro me lleva a Miremos Juntos.”

Marta, que empezó como invitada y ahora se integró como lectora en el club “Miremos juntos”

Patricia Domínguez
deinfanciasyliteratura@gmail.com